Los aviones de hidrógeno comerciales aún tienen un largo camino por recorrer. En España, uno de los proyectos más importantes viene de la mano de un consorcio nacional que quiere empezar con las primeras pruebas del primer motor de avión de hidrógeno español en 2025.
Mientras tanto, el plan de una aerolínea pasa por utilizar hidroaviones equipados con motores de hidrógeno en las Islas Canarias. Se trata de los motores ZA600 de la compañía ZeroAvia, que ya han completado un programa de vuelos de prueba.
Los motores eléctricos de hidrógeno usan hidrógeno en celdas de combustible para generar electricidad, que se usa para impulsar motores eléctricos que hacen girar las hélices de la aeronave.
El sistema ZA600 de ZeroAvia consiste en un tren motriz eléctrico de hidrógeno de 600 kW, y está diseñado para impulsar vuelos regionales en aviones de entre 9 y 19 asientos, con una autonomía estimada de 500 km.
Por ello, los vuelos entre islas se consideran una buena oportunidad para introducir los aviones con pila de combustible de hidrógeno. Así, esta compañía ha firmado un acuerdo para proporcionar sus motores eléctricos de hidrógeno ZA600 al nuevo operador Surcar Airlines, para cubrir vuelos en las islas Canarias.
¿Cuándo veremos estos aviones? De momento, habrá que esperar a que la compañía obtenga la certificación del motor, lo que podría demorarse dos o tres años.
ZeroAvia también está trabajando en el Dornier 228, un avión convencional de 12 plazas -normalmente propulsado por queroseno- que puede recorrer unos 500 km y que tiene dos hélices.
Uno de los motores ha sido sustituido por un motor eléctrico y la electricidad se genera a bordo mediante una pila de combustible de hidrógeno. Durante el período de prueba, el otro motor permanece alimentado con queroseno, en caso de que haya algún fallo.
Pero una vez que se pruebe la tecnología, ambos motores funcionarán con electricidad de la celda de combustible de hidrógeno.
El mayor reto sigue siendo la infraestructura, el almacenamiento y el transporte, pues el hidrógeno ocupa mucho espacio. Por ello es necesario comprimirlo, y si se quiere transportar como líquido, primero hay que enfriarlo a 250 grados bajo cero.