Es un apasionado por el mundo del motor. Valentino Rossi nos ha demostrado durante los últimos años que además de ser un genio sobre dos ruedas tampoco se le da nada mal el mundo de las cuatro. Lo hemos visto marcando tiempos respetables con un Fórmula 1, disputándole la victoria a Dani Sordo y Sébastien Loeb a los mandos de un WRC en el Monza Rally Show o incluso defendiéndose con el Ferrari 458 GT3 en las Blancpain Endurance Series.
Ahora, aprovechando que el pasado fin de semana se disputó el Gran Premio de Moto GP en el Circuito de las Américas, el piloto italiano se desplazó al Charlotte Motor Speedway para probar el Toyota Camry con el que disputa Kyle Busch la Natonwide. La compañía de bebidas energéticas, Monster Energy (patrocinador de ambos deportistas), fue la que permitió esta prueba y le descubrió a Rossi una faceta nueva.
Los tiempos (o mejor dicho, las velocidades medias por vuelta) marcados por il dottore fueron más que respetables e incluso le permitirían clasificarse dentro de los 15 primeros en una hipotética sesión de clasificación. Sin duda un buen reflejo del carácter del nueve veces Campeón del Mundo de Motociclismo, que se suba a lo que se suba siempre quiere dar el máximo de sí mismo. Según los datos aportados por el propio Busch, tan sólo fue dos millas por hora más lento que las vueltas realizadas el año pasado por los pilotos del campeonato.
Sólo me faltaba subirme a un coche de la NASCAR y uno de las 24 Horas de Le Mans. Lo más sorprendente de este coche es su adherencia gracias al peralte. La mente te dice que es imposible hacer la curva con tanta velocidad, pero el cuerpo y las sensaciones son las de ir pegado a la pista.
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