Aunque aún no ha llegado la Navidad y aunque falte poco para ella, hoy os traigo un pequeño regalo por adelantado. En Racingpasión hemos publicado un post en el cual podrás ver una de las carreras más míticas de la historia de la Fórmula 1: el Gran Premio de Mónaco de 1984. Una carrera que por muchas veces que la hayas visto, no te cansas de ver. Disfrutadla.
Sí, aquel gran premio en el que un joven piloto llamado Ayrton Senna deslumbró a todos y bajo una cortina de lluvia realizó una de las carreras más prodigiosas que se recuerdan. Además, el prodigio es por partida doble porque a pesar de que la gloria siempre se la ha llevado el brasileño, en aquella carrera, un piloto alemán llamado Stefan Bellof logró casi tanto o más que Senna. Lástima que su descalificación, por problemas con el peso, le haya borrado de muchos libros de historia.
Para quien no recuerde o no conozca la carrera os pongo en situación. Ayrton Senna era un novato al volante de un Toleman-Hart. Un monoplaza que distaba mucho de los gallos de aquel año. Gallos pilotados por nombres como Alain Prost, Niki Lauda, Nigel Mansell, Keke Rosberg o René Arnoux.
Senna partía desde la decimotercera posición de la parrilla (Bellof desde la vigésima) y la intensa lluvia marcó la carrera. Mónaco era una gran piscina y mantenerse en pista ya era cosa de grandes pilotos. Uno a uno los rivales se fueron descartando por sus errores o por un Senna que se los quitaba de encima sin demasiados problemas. El brasileño encontró en el agua su elemento.
En la vuelta 31, cuando Senna estaba a 5 segundos de Alain Prost y le estaba recortando 4 segundos por vuelta, dirección de carrera decidió dar por concluida la misma. Alain Prost vencía por delante de Senna. Bellof, que en el momento de finalizar la carrera era 1 seg más rápido que el brasileño, terminó en tercera posición, aunque posteriormente fue descalificado.
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