El Gran Premio de Abu Dhabi representa el penúltimo capítulo de una temporada de Fórmula 1 que se nos está haciendo demasiado largo, todo ello cortesía de Red Bull y de Sebastian Vettel. Con el título decidido hace ya dos grandes premios, estas últimas carreras del año son como la pedrea de la lotería de la Navidad. Todo el mundo quiere el Gordo pero se conforman con arañar unos euros destinados para darse algún que otro lujo.
En ese estado está buena parte de la parrilla. Con Sebastian Vettel canibalizando casi todos los grandes resultados, los otrora rivales, Jenson Button, Lewis Hamilton, Fernando Alonso e incluso su compañero Mark Webber, tratan de conseguir una victoria que les de fuerzas para aguantar esta agonía y que les permita soñar de cara a la próxima temporada. De maquillar la temporada, ni hablamos.
Por desgracia para todos ellos, el Gran Premio de Abu Dhabi (aquí tienes los horarios que vuelven a ser "europeos") es, casi, coto privado de Sebastian Vettel. Dos victorias y una pole como nos recuerdan en la previa de Red Bull Racing. En el trazado de Yas Marina, obra maestra de Hermann Tilke, el piloto alemán se proclamó campeón del mundo por primera vez, eso sí, en un final de temporada digno de una película de Hitchcock. Fernando Alonso, que llegaba como líder a la última cita del año, perdía sus opciones en un error en la estrategia del equipo.
A tener en cuenta durante el fin de semana, los neumáticos, Pirelli ha escogido el compuesto blando (marcas amarillas) y medio (marcas blandas) y el clima. No lloverá, algo típico en Oriente Medio, aunque la arena, que ensucia la pista cada noche, y la bajada de temperatura (la carrera finaliza de noche) hacen que los neumáticos no vivan una carrera habitual. Y sin olvidarnos que a pesar de los intentos de Tilke, en Yas Marina (análisis del circuito) adelantar es complicado o casi imposible. Esperemos que este año, con la doble zona de DRS, las cosas cambien.
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