Los aficionados menos apasionados dirán que fue una carrera aburrida, sin adelantamientos, pero para mí, el desempeño de Fernando Alonso en Barcelona, ha sido uno de los mejores momentos de los últimos años en F1. Al verle al final en el podium, y en la rueda de prensa, se apreciaba que se había tenido que exprimir al máximo. 66 vueltas de “maximum attack”.
El mismo dijo que había encontrado los límites del coche y los suyos propios. Según sus palabras, su mejor carrera en F1. Los tiempos vuelta a vuelta, como un reloj, metiendo medio segundo en cada una, hicieron lo que parecía muy difícil antes de empezar: ganar a Schumacher.
En una carrera arrasa Ferrari, o mejor dicho Schumacher, y en otra arrasa Renault, o mejor dicho Fernando Alonso. Esta temporada es un intercambio de golpes entre los dos, en la que, viendo la igualdad mecánica, ganará en cada carrera el fabricante de neumáticos que acierte con el compuesto seleccionado.
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