Posiblemente muchos de vosotros estaréis de acuerdo conmigo. Sébastien Loeb tiene que ir haciendo un hueco en sus vitrinas para colocar su séptimo titulo de Campeón del Mundo de Rallyes. De esta forma el galo entrará en ese grupo de deportistas que tienen más de siete entorchados en su palmarés, entre los que podemos encontrar ejemplos cercanos como el de Michael Schumacher o Valentino Rossi.
¿Por qué tanta seguridad? Pues sencillamente porque este año tiene aún menos rivales que durante las ultimas temporadas. Los principales, los Ford, están completamente desaparecidos en combate como ya comentamos en el anterior especial de la serie de post que hemos empezado a ofreceros con motivo de la llegada del ecuador y parón del Mundial de Rallyes. Y la verdad es que nada de esto se hacia presagiar cuando llegamos a Suecia. Allí el dominio del dúo Hirvonen – Ford presentaba sus credenciales y dejaba a Citroën con un nudo en la garganta ante lo que podía pasar en las siguientes pruebas. El buen trabajo realizado desde Satory, teniendo un gran campeón como Loeb los llevo a ganar las tres siguientes pruebas (México, Turquía y Jordania) y a situarse como nuevos lideres del campeonato.
Ya en Turquía surgía lo que actualmente es el mayor rival del alsaciano. Estoy hablando obviamente de Sébastien Ogier, el nuevo gran piloto de la categoría. Sin embargo algo falla cuando un piloto casi recién llegado se sitúa como el mayor rival del seis veces campeón. Eso sí, la diferencia entre los dos es de 38 puntos y con una orden clara desde el jefe de Citroën, el campeonato de pilotos tiene el nombre de Loeb y no quiere que Ogier destroce un trabajo que le puede llevar además a perder el campeonato de marcas.
Los otros dos hombres que podíamos meter en la lista de rivales son Dani Sordo y Petter Solberg. El cántabro no ha tenido su comienzo de temporada soñado y ha tenido que ver como desde muchos sitios ya están especulando con su salida del equipo en el que ha estado los últimos cuatro años. El pequeño de los Solberg por su parte no tiene suficiente presupuesto como para plantarles cara a los oficiales. Además en ocasiones su desparpajo y espontaneidad le han llevado a cometer errores impropios de pilotos de su experiencia. Lo dicho, en un par de meses y con cuatro rallyes de asfalto por delante, cantaremos el alirón de Sébastien Loeb de nuevo. Espero no llevarme un OWNED.