La rumoreada vuelta de Michael Schumacher había impulsado la venta de entradas en Spa. Ahora bien, la realidad ha sido bien distinta y se ha desinflado. Difícilmente se cumplirán las expectativas. De las 70.000 entradas disponibles se llevan vendidas 46.000. Una cifra que aumentará levemente de aquí al fin de semana, pero que no servirá para igualar la asistencia de temporadas anteriores.
Con la carrera a la vuelta de la esquina, la afluencia a uno de los circuitos con más tradición del panorama de la Fórmula 1 va a ser discretita. Ésta va a quedar lejos de los 52.000 espectadores que acudieron el año pasado o de los 66.000 que fueron en 2007. Un goteo a la baja que debería preocupar a más de uno. No creo que Bernie Ecclestone sea uno de ellos. Éste ya ha puesto sus miras en lugares más exóticos.
Por si fuera poco en 2008 el circuito tuvo pérdidas de más de 4 millones de euros. Un negocio redondo vamos. De ahí que algunos hablen de que el trazado de las Ardenas se alterne en el calendario con Nürburgring. De esta forma se mitigaría esa sangría de euros.
El jefe del circuito, André Maes, no pierde la esperanza:
Por el momento es imposible decir si la cifra de 70.000 personas se alcanzará. No sabemos qué va a pasar en los próximos días.
Como curiosidad, durante la semana en la que Schumacher anunció su posible vuelta a la competición se vendieron más de 3.000 entradas. De todos ellos sólo 50 quisieron recuperar su dinero. Lo raro es que devolvieran la suma pagada...
Vía | TheF1
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