Se puede decir que en la mañana del lunes me llevé una gran alegría. Aunque el salto a la disciplina de los rallyes parecía más que confirmado, no fue hasta ayer que Robert Kubica y el equipo Citroën Racing oficializaron su acuerdo para competir juntos en siete pruebas del Europeo de Rallyes y otras siete en la categoría WRC2 del Mundial de Rallyes. Entonces la alegría paso a ser doble al ver que el piloto polaco estaba dando los pasos correctos.
Y es que tal vez el programa en el Europeo de Rallyes podría quedársele un tanto corto. El nuevo ERC cuenta con gran nivel, pero es posible que no permita a Kubica medirse realmente con la flor y la nata de la categoría y por tanto, esto no le dejaría saber si se encuentra muy lejos o muy cerca de la cabeza. Es por ello que un segundo programa en el Mundial le ayudará en este sentido, ya que a pesar de que no es comparable un World Rally Car con un Regional Rally Car, el estar rodeado de los grandes y del más alto nivel de exigencia puede permitirte mejorar.
Este segundo programa en WRC2 también le permitirá descubrir una de las características más importantes de los rallyes: Robert necesita aprender a manejar un coche de rallyes sobre tierra ya que hasta ahora en todo lo que ha competido ha sido asfalto. El ERC cuenta con muchos eventos sobre asfalto, en los que Kubica puede destapar toda su rapidez y pilotaje. En tierra todavía le falta mucho que aprender, por no decir todo, y un calendario como el del WRC2 puede ayudarle a coger por la mano este tipo de pruebas.
El hecho de comenzar en Portugal y en el Islas Canarias también le servirá para coger ritmo cuanto antes. Canarias es un rally de asfalto muy rápido y con buenas carreteras, por lo que es previsible que el ex-piloto de Fórmula 1 se adapte muy bien. Portugal será su primer contacto con la tierra (al margen de los test que pueda realizar) por lo que no se le deberá exigir demasiado, aunque es uno de los rallyes a los que los pilotos de asfalto más les gusta.
En cuanto al coche. El Citroën DS3 RRC me parece la elección perfecta. Más que por la máquina en sí (demostrado está que Citroën sabe hacer coches de calidad), por lo que conlleva. La categoría intermedia es la mejor elección para Kubica. Está claro que sabe pilotar, por lo que está más que preparado a saltarse los pasos intermedios de los Grupo N o los coches de tracción delantera.
No sé quién le habrá aconsejado o si ha sido voluntad propia, pero el hecho de haber elegido la categoría WRC2 y el ERC es muy inteligente por su parte. Hacer un salto directamente al World Rally Championship hubiera sido cometer el mismo error que cometió Kimi Räikkönen en su momento, tirarse a las fauces de los leones sin necesidad.
Kubica ha llegado a una decisión distinta que Kimi teniendo muchos más rallyes que el finlandés a sus espaldas y habiendo demostrado en muchas ocasiones que es capaz de ganar en las diferentes pruebas nacionales que ha disputado. Sin embargo, ha sabido planear sus pasos para no enterrar su posible futuro deportivo fuera de los circuitos y no meterse un paresión innecesaria en estos momentos. Ha aprendido del error de Kimi.
En cuanto a Robert como persona poco que decir. Otro ejemplo de superación que hace de la definición de “ser humano” aún cobre más amplitud. Su moral y capacidad de levantarse una y otra vez, tras accidentes como el sufrido en el Gran Premio de Canadá 2008 y en Ronda di Andora 2011, hacen que valore mucho más a un piloto que sigue teniendo el mismo hambre y la misma pasión por el automovilismo recorriendo su cuerpo. Mucha suerte Kubica.