Seguramente tras la caldeada temporada 2011, nadie en Citroën esperaba tener un año 2012 tan placentero y lleno de alegrías. Sin embargo, Mikko Hirvonen y Sébastien Loeb se han acoplado el uno al otro perfectamente, lo que ha permitido al equipo sumar diez de las trece victorias y hacerse con los dos títulos a los que optaba. Ni más ni menos que cinco dobletes les encumbran. Precisamente con ellos comenzamos nuestro resumen a la temporada 2012 del Mundial de Rallyes.
La temporada comenzó de la mejor forma para Citroën, la victoria de Sébastien Loeb en la vuelta del Rally de Montecarlo al Mundial. Prácticamente dominó de principio a fin (tras el fugaz liderazgo de Jari-Matti Latvala) a pesar de las condiciones cambiantes y la facilidad para cometer un error en la elección de las gomas. Precisamente este último punto ha sido una de las claves para el buen funcionamiento y rendimiento de los dos pilotos del equipo. Los ingenieros de Yves Matton han acertado prácticamente en todas las pruebas con la elección correcta de las gomas.
En Suecia, la superioridad de Latvala y Ford fue evidente (a pesar del pinchazo que apretó la clasificación durante la última etapa), pero a partir de ese momento prácticamente Citroën no tuvo rival. En México la autoeliminación de Latvala y Solberg por pinchazo le regaló una nueva victoria al alsaciano que le servía para olvidarse un poco del sabor amargo de su posición final sobre la nieve escandinava.
Portugal fue un rally completamente loco, a la elección arriesgada de posición por parte de Citroën se sumó las condiciones meteorológicas cambiantes. Un caldo de cultivo que acabó con Sébastien Loeb fuera de carrera el primer día y con Mikko Hirvonen en solitario teniendo que disputarle la victoria a los dos pilotos de la marca del ovalo. El finlandés tuvo suerte y vio como el triunfo se quedaba en su mano después de la autoeliminación de Solberg y Latvala. Tan sólo tuvo que controlar a Mads Østberg y llevar el coche a meta.
Sin embargo, tras descorchar el champán se descubrió el error del equipo al sustituir el embrague por una pieza no homologada nueva que no mejoraba el rendimiento, simplemente era más resistente. La primera victoria de Mikko tendría que esperar hasta Cerdeña, casualmente dónde Sébastien Loeb y los dos pilotos de Ford también abandonaban, algo que sin duda pone a Mikko como un piloto muy regular, pero que deja en entredicho su rapidez a la hora de poder batir a sus principales rivales.
A partir de la prueba lusa y la lesión de Latvala, los abandonos de los pilotos de Ford fueron continuos, algo que siguió dando alas a los dos Citroën. Para no repetir lo del año pasado, en Argentina Matton cortó las alas a un agradecido Mikko Hirvonen que prácticamente aceptó sin rechistar las órdenes de equipo. En ese momento todo indicaba que salvo catástrofe Loeb conseguiría su noveno campeonato consecutivo.
La temporada continuó por los mismos derroteros, con Ford fallando una y otra vez y con Sébastien Loeb aprovechando todas las oportunidades para seguir sumando de 25 en 25. Esta tónica llegó a su zenit en Finlandia, dónde todos esperábamos que la rapidez de Jari-Matti Latvala y el conocimiento del terreno permitiera a Ford luchar de nuevo por una victoria junto a Loeb y Mikko.
Nada más lejos de la realidad, los Citroën volaron muy alto ayudados de los cambios de rasante finlandeses y de una nueva suspensiones que literalmente les dieron alas. A Loeb se le volvió a despertar el instinto asesino, y a pesar de que ya ha afirmado en multitud de ocasiones que no iba a volver a correr en el 1.000 lagos como antes de tener a su hija, consiguiendo su tercera victoria en tierras finesas.
En asfalto no hubo color, a pesar de que el rendimiento de Latvala fue bastante aceptable, Seb fue de nuevo el extraterrestre que todos conocemos y no dio opción ninguna en las tres pruebas que tenían esta superficie dentro de su recorrido. Gales fue el único momento del año en el que vimos a unos Fiesta RS WRC muy superiores sobre un terreno que les encanta.
Durante el resto del año hemos podido ver bastante parejos a ambos modelos, incluso se podría decir que los coches de M-Sport estaban un paso por delante tras solucionar los problemas de respuesta del acelerador. Para los galos, tendrán complicaciones a partir de ahora para seguir evolucionando el coche, ya que los Joker están o agotados o a punto de hacerlo. Aun así, el DS3 WRC ha demostrado ser un coche más que valido para todo tipo de superficies, seguro que la próxima temporada con Mikko asentado y Sordo con mentalidad ganadora va a volver a ser el principal candidato al título al menos de marcas.
Las notas:
En Citroën obviamente a los dos pilotos se les podría calificar con muy buena nota. Sébastien Loeb además de conseguir su noveno campeonato del Mundo de Rallyes, ha sido capaz de sumar nueve de las 13 victorias. Tan sólo ha tenido dos descuidos, uno en Portugal y otro en Cerdeña, que impiden que la temporada haya sido perfecta. Aun así, valoraría el año del nonacampeón con un nueve sobre diez.
Mikko Hirvonen por su parte ha demostrado ser el mejor gregario para Seb. El finlandés guardó las espaldas de su jefe de filas y cuando no estuvo él consiguió dos victorias (la de Portugal retirada a posteriori) que ayudaron a Citroën a conseguir el Campeonato de Marcas. Si hay que ponerle un pero al finlandés, sin duda es la perdida de velocidad evidente que ha tenido en estos dos últimos años. Salvo error de sus rivales o excepciones como Finlandia (en la que voló junto a Loeb) ha sido difícil ver a Hirvonen entre los más rápidos. Un ocho para él, espero que me calle la boca la temporada que viene.
En Motorpasión F1 | Resumen de la temporada 2012 del WRC