Las condiciones en las que se disputó la primera etapa del rally monegasco hicieron que las montas de neumáticos variaran mucho de un piloto a otro. Esto hizo que algunos participantes fueran muy bien en el primer tramo, pero que en el siguiente se las vieran y se las desearan para mantener el coche en pista.
Fue el caso de Dani Sordo, que tras montar neumáticos blandos en el primer tramo, se encontraba mucho hielo y nieve en el segundo. Una de esas placas de hielo le descolocaba el Mini John Cooper Works WRC en una de las frenadas y lo llevaba a chocar contra un muro con la parte posterior y contra un puente la parte delantera derecha.
El cántabro conseguía llevar el coche hasta meta con la suspensión delantera partida y con dos ruedas mirando a dónde no debían. A pesar de ello no bajó el ritmo en ningún momento, y consiguió llegar al final de la segunda especial con tan sólo 10 segundos perdidos con respecto a Loeb, que había realizado la misma monta que Dani.
Peor suerte corría Jari-Matti Latvala. El finlandés ha empezado a sentirse muy cómodo en el asfalto y ayer demostró que podía ganar su primer rally en dicha superficie. Sin embargo, un exceso de fogosidad, unos neumáticos inadecuados para las condiciones y el fallo infantil de frenar sobre el hielo lo llevaron a terminar con su Ford Fiesta RS WRC apoyado sobre la puerta del copiloto fuera de carrera.