En el Jarama se iba a decidir el Campeonato de Europa de Camiones. Por delante cuatro carreras. David Vrsécky y Antonio Albacete se jugaban el título. El segundo para el checo, el tercero para el español. Pero por desgracia para los aficionados, el campeonato se decidió mucho antes de lo esperado.
En la primera carrera del sábado, los dos Buggyra partían en las dos primeras posiciónes de la parrilla. Por detrás, Albacete tenía que jugar sus bazas. El Jarama es el "patio de su casa" y eso debía inclinar la balanza a su favor. Pero con lo que no contaba el piloto madrileño era con las "malas artes" de Markus Bösiger.
El compañero de equipo de Vrsécky hizo de fiel escudero y se encargó de mandar fuera a las primeras de cambio al MAN de Albacete. El suizo frenó más de lo debido en Le Mans provocando que por detrás Albacete impactara contra él. El abandono de ambos condicionaba la lucha por el título. Por su parte, el suizo era excluido del Gran Premio por conducción antideportiva. Aunque eso de nada le servía ya a Albacete.
En la segunda carrera, Albacete partía desde la última posición. Para seguir luchando por el título, la remontada tenía que ser épica. Y no pudo ser. Quinto puesto justo por detrás del checo. El título se iba a manos del campeón del pasado año, David Vrsécky. Ya sin ninguna presión, el domingo Antonio Albacete se desquitó. Doblete sin paliativos. Un bonito final de temporada aunque sin el broche perfecto. Albacete ha estado por delante casi toda la temporada y sólamente en los últimos tres Grandes Premios es ventaja se ha invertido. El poder del equipo Buggyra ha estado por encima de una tropa, los MAN, que hacían la guerra cada uno por su cuenta.
Vía y foto | Autosport.es