En la jornada de ayer volvimos a vivir unos de esos momentos que tanto les gustan a aquellos seguidores acérrimos de Kimi Räikkönen. Tras casi acabar con las opciones de podio de su compañero en una maniobra poco o nada inteligente por su parte, esta vez, el equipo le pedía, de una forma nada sutil, que se apartara del camino de Romain Grosjean. Aunque los neumáticos del francés no estaban mucho mejor que los suyos, sí que podían permitir a Grosjean luchar por el podio como se comprobó con el resultado final. Algo que en el caso de Räikkönen era imposible.
Que desde el equipo tuvieran que perder las formas para que su piloto cumplir una orden de equipo es más que suficiente para que Eric Boullier tome cartas en el asunto y ya haya anunciado que de cara al próximo Gran Premio de Abu Dabi se reunirá con ambos pilotos para dejar claras las cosas.
Lotus se está jugando ser la segunda, o tercera, escudería de la parrilla, algo que implicaría un buen puñado de los necesitados millones de euros, por lo que reirle la gracia, una más a Räikkönen no parece que esté en mente. Toca jugar en equipo aunque ya nos estamos dando cuenta de que a algunos, saber que no siguen es razón suficiente para olvidarlo.
Si en Corea, a Romain Grosjean no le quedó más remedio que quedarse a la estela del finés, a pesar de ser más rápido que el en los últimos compases, no se entiende porque ahora Räikkönen juega en su propia liga. Está claro que los resultados desde que anunció que se marchaba a Ferrari no están siendo los mismos, pero sea por desidia o por simple casualidad, se sigue debiendo a su equipo.
Como es lógico, a nadie le gusta que no le pagen, pero si no está contento, Räikkönen lo mejor que puede hacer es bajarse del monoplaza y pensar más en 2014. Seguro que en su caso, su cuenta corriente no sufre.
