El día de ayer volvió a no ser una jornada de test demasiado provechosa para el equipo Red Bull. Sebastian Vettel volvía a ver como se tenía que marchar del circuito de Bahréin con sólo 14 vueltas más en su marcador y tras estar prácticamente toda la jornada matutina esperando en el box a que el equipo pusiera a punto su RB10 para salir a pista. Una vez ya en el asfalto, problemas mecánicos volvían a detener la prueba del cuatro veces Campeón del Mundo.
La buena noticia es que poco o nada tiene que ver este problema con los que sufrió el equipo en el Circuito Jerez durante los primeros entrenamientos de pretemporada. Ahora que aquellos parecen estar más o menos resueltos, el equipo se encuentra trabajando en los nuevos que van saliendo poco a poco con los kilómetros en un RB10 que poco ha cambiado sus formas con respecto a las que vimos en el trazado andaluz. Desde luego, se ha borrado por el momento la sonrisa en la escudería de las bebidas energéticas.
Obviamente no estamos contentos con dónde estamos ahora y tenemos un largo camino por delante. La primera sensación desde el coche es que está bien, pero tenemos que rodar más. No es fácil encontrar una solución rápida, pero creo que entendemos los problemas. Se solucionaron los problemas de Jerez y hemos sido capaces de hacer algunas vueltas hoy. Sin embargo, muy a menudo se soluciona un problema y surge otro, que es lo que pasó hoy.
