Si hay una imagen que recordare de la última prueba del Intercontinental Rally Challenge es sin duda la de la desesperación de Alberto Hevia tras el pinchazo sufrido en uno de los neumáticos de su nuevo Skoda Fabia S2000. El asturiano plantó cara a dos pilotos de proyección internacional con monturas oficiales y con el completo apoyo de la marca, aunque con los pobres resultados de Fiat este año poco durará el proyecto del Grande Punto S2000.
La marca italiana tuvo otro protagonista negativo en la carrera de casa. Miguel Fuster salía con el segundo coche del equipo, acompañando a Giandomenico Basso y en sustitución de Anton Alen. El alicantino no llevaba más de dos tramos cuando el coche se le iba de atrás y acababa con el morro del Fiat contra un muro y con todas sus aspiraciones de conseguir un buen resultado para el campeonato de Marcas y en especial para su situación en el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto. El piloto español no fue el único en tener problemas en las traicioneras carreteras asturianas. Kris Meeke, Freddy Loix entre muchos otros sufrieron sendos pinchazos por cortar demasiado que les mandaron hasta el fondo de la clasificación al tener que pararse a cambiar la rueda. El norirlandés consiguió remontar posiciones durante la jornada del sábado para finalizar segundo después de la penalización a Vouilloz.
Otro de los que tuvo serios problemas fue Guy Wilks que además de un par de sustos en forma de pequeñas salidas de pista se quejó de no estar muy contento con la mecánica de su Proton. El primer piloto de Fiat tampoco corrió mucha mejor suerte y tras luchar el primer día con los Fabia de Kopecky y Hevia, se salía de pista durante la segunda jornada ante la desesperación de su copiloto que no pudo hacer nada para ayudar al italiano a reincorporarse al recorrido.
Vía l fernischumi
