A sus 28 años, Sebastien Bourdais afrontará el próximo año el reto de intentar demostrar en la Fórmula Uno lo mucho y bueno que ha hecho durante los últimos cinco años en Estados Unidos, donde ha encadenado cuatro títulos consecutivos de la Champ Car.
Este piloto francés, de los pocos en la Fórmula Uno que utiliza gafas graduadas para competir, no tuvo la oportunidad de dar el salto a la F1 tras ganar la F3000 en el año 2002 y tuvo que cruzar el Atlántico para hacerse un nombre en la Champ Car. Pero su sueño siempre ha sido destacar en la máxima categoría y finalmente Toro Rosso le brindará esa oportunidad la próxima temporada.
Lógicamente, Bourdais es consciente de que la escudería italiana no le pondrá a su disposición un coche para poder estar entre los mejores. "No tenemos un coche ganador", reconoce el piloto galo, pero en cambio sí cree que "podemos entrar en los puntos con cierta regularidad y creo que ése va a ser nuestro objetivo el próximo año".
La verdad es que no parece tarea fácil, pero el piloto francés ya nos ha enseñado en los test de final de este año que atesora cualidades de sobra para destacar en la F1. De todas formas, repetir lo que ha conseguido en la Champ Car se me antoja del todo imposible, entre otras cosas porque Bourdais quizás llegue un poco tarde a la F1.
Pero el francés no se arrepiente de su etapa en Estados Unidos, sino todo lo contrario. "Estos últimos años han sido los mejores de mi vida, tanto a nivel personal como profesional," reconocía Sébastien. "Me case con Clare y tuvimos a nuestra hija Emma. Llegué a Estados Unidos soltero y con mucho que demostrar como piloto. Y ahora soy un hombre, padre y un profesional de mi deporte."
Vía | Eurosport
