Lewis Hamilton ha salido vencedor del polémico GP de Hungría de este año. Pero a buen seguro que esta victoria no será lo que más se recuerde de estos 4 y 5 de agosto de 2007. Ya podemos ir apuntando estas fechas en la memoria, porque creo que a partir de ahora, ya existe oficialmente la guerra Hamilton-Alonso. Ya nos preguntábamos, no hace tanto, cuándo empezaría definitivamente y sin tapujos esta tan ansiada guerra a lo Senna-Prost, y este fin de semana hemos podido vivir el equivalente al GP de San Marino de 1989 en el que la batalla más épica de la historia de la Fórmula 1, hasta día de hoy, dio su comienzo.
Y nuevamente todo ha empezado por los dichosos pactos de caballero que se acostumbran a hacer entre pilotos de McLaren. El encargado de incumplirlo, fue Lewis Hamilton el sábado, al inicio de la Q3, y el resultado a partir de ahí es bien conocido por todos. La guerra Senna-Prost también comenzó por un incumplimiento de un pacto "McLaren" por parte del brasileño, y en la época de Hakkinen y Coulthard a punto estuvieron de liarse follones semejantes. Y si hasta ahora tanto Alonso como Hamilton intentaban disimular públicamente como podían la guerra que realmente ya existía entre ellos, los jueguecitos y las tonterías se han acabado: no hace falta seguir engañando a nadie. No se hablan, apenas se miran a la cara, y ya se han lanzado tiritos el uno al otro públicamente en una rueda de prensa en la que asistían los dos, así que ya solo falta una cosa: trasladar esto a la pista sin miramientos. Se acabó "el equipo". Ahora es o uno o el otro. Ya no existen los dos. El concepto equipo ha desaparecido. A ver como va a gestionar esto Ron Dennis. Tiene tres semanas antes de la próxima carrera para pensárselo. La situación es realmente insostenible, así que a ver para donde se decanta el mandamás de McLaren.
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