Mientras la Fórmula 1 apura los últimos días de vacaciones antes de volver al habitual ritmo de trabajo frenético, los representantes de los equipos han aprovechado el parón veraniego para hacer balance de las primera mitad de la temporada. Mercedes continúa siendo el equipo a batir en clasificación, pero en carrera Ferrari se ha sumado a la competición.
El que, a pesar de trabajar a contrareloj en la fábrica, no han conseguido mantenerse en la parte delantera de la parrilla ha sido Red Bull. Desde el equipo de las bebidas energéticas echan la culpa a sus propulsores Tag Heuer -de Renault-. Actualmente la Fórmula 1 tiene cuatro motoristas que suministran motores a los diez equipos de la parrilla, pero solo los equipos con apoyo de fábrica parecen tener opciones de luchar.
Y ese es precisamente el principal problema al que la Fórmula 1 se ha enfrentado en los últimos años: la ausencia de competitividad. El dominio indiscutible de un solo equipo no ha ayudado en absoluto a atraer espectadores a lo largo y ancho del mundo. Más aún él número de aficionados decrece año a año.
Desde que Liberty Media asumió el poder a principios de este año, sus principales esfuerzos han estado centrados en dar solución a este problema. Robots 'marchosos' en los paddocks, una Fórmula 1 más abierta para aquellos que acuden a los circuitos, competiciones en la Fan Zone para entrener a los presentes entre sesiones...
Las novedades se quedan en casa
Sin embargo, parece que la clave del éxito no está precisamente en sus manos. Ferrari, Mercedes, Renault y Honda son los encargados a día de hoy de propulsar a todos los equipos de la parrilla. Si bien los dos primeros han dado con la clave para sacar el mayor rendimiento posible a los V6 Turbo, Renault tuvo problemas desde el inicio para conseguir su funcionamiento óptimo. Y de Honda, es casi mejor no hablar.
Como es lógico, los equipos que cuentan con el apoyo de fábrica son los que primero reciben las actualizaciones de unas unidades de potencia -que recordemos, ya no están congeladas y pueden desarrollarse libremente-. Los equipos cliente tardan como mínimo, en la mayoría de los casos, uno o dos Grandes Premios en recibir las actualizaciones, mermando sus capacidades.
Eso, en el mejor de los casos. Porque recordemos que la pasada temporada el equipo Toro Rosso compitió con un motor Ferrari del año anterior y que no se mejoró en absoluto en las 21 carreras que conformaron el calendario.
Nuevos aires
Lo que necesita la Fórmula 1 en estos momentos es que nuevas marcas se impliquen en la categoría. Solo hace falta ver la fama que ha adquirido la Fórmula E en los últimos meses con la llegada de nuevos fabricantes para los próximos años.
En los últimos años se ha hablado de una posible llegada de Aston Martin, con quienes Red Bull, y en especial su ingeniero Adrian Newey, ha colaborado antes para crear un súper deportivo como el Aston Martin Valkyrie, cuyas 150 unidades que se entregarán a principios de 2019 se vendieron poco después de ponerse a la venta.
Incluso, el equipo dirigido por Christian Horner ha amenazado con dar un paso más allá en sus competencias y ponerse ellos mismos a desarrollar sus propios propulsores. A priori solo necesitarían contratar a ingenieros y mecánicos que hayan participado en otros proyectos y que sepan cómo darle forma al proyecto.
Por el momento, a la Fórmula 1 solo le queda esperar a que Renault y Honda mejoren su rendimiento para dar caza a la cabeza de la carrera y, poder ampliar así la lucha por el Campeonato.
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