Dos de los grandes accidentes ocurridos en las últimas ediciones de las 24 Horas de Le Mans, fueron provocados por encontrarse un coche más lento obstaculizando a los LMP1. Tanto el Audi de Allan McNish como el Toyota de Anthony Davidson, volaban tras un pequeño toque contra un coche de la categoría GT que iba a ser doblado y que no se percataba de que un piloto más rápido quería pasarles. Es por ello que el ACO está dispuesta a ahondar más en este tema para corregirlo.
Viendo que las banderas azules y los retrovisores convencionales no son suficientes, los organizadores de la carrera tienen sobre la mesa varias opciones. La primera de ellas sería la de adoptar un retrovisor electrónicos, al estilo del que ya utiliza Audi en sus R18. Algo así como una cámara de televisión que permita tener la visión de lo que ocurre detrás sin tener que alejar demasiado la vista del frente. Por poner un ejemplo, se trata de la cámara de aparcamiento que traen ya algunos coches permitiendo que una cámara nos muestre la típica vista trasera de los videojuegos.
La segunda opción es algo que ya conocemos de sobre. Y es que el sentinel, sistema que se utiliza desde hace tiempo en el Dakar para avisar a los pilotos que van a ser adelantados, es uno de los que más papeletas tienen. Por medio del GPS de alta frecuencia y un programa capaz de medir la diferencia de velocidad, la distancia y el tiempo que tardarán en encontrarse ambos coches, se controlará a los participantes, que serán avisados por medio de una señal de que el coche de atrás ruedas a dos segundos de nosotros y es más rápido.
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