Que las prisas no son buenas, creo que es algo que sabemos casi todos, así que lo siguiente no debe sorprendernos ni lo más mínimo. A falta de cuatro días para que los monoplazas comiencen a rodar en el circuito de Yeongam, preocupa y mucho, el estado del asfalto, el cual se concluyó la pasada semana y que utilizando una expresión española, podríamos decir que aún está muy tierno. De ahí que no las tengamos todas con nosotros a la hora de preguntarnos si el trazado aguantará al paso continúo de los monoplazas.
Las últimas informaciones también indican que los obreros, a marchas forzadas, están limpiando el trazado de polvo y suciedad. Aunque ahí no terminan las preocupaciones ya que las infraestructuras necesarias para albergar y acoger un gran premio de Fórmula 1 están lejos de las que habitualmente reclama Bernie Ecclestone.
Los pilotos han mostrado su optimismo de cara al aguante del asfalto aunque algunos como Jenson Button también esperan alguna sorpresa a lo largo del fin de semana. Aunque sin lugar a dudas, lo que quieren comprobar cuanto antes es el grado de adherencia del mismo. El grip hará que la forma de afrontar algunas de las curvas sea totalmente distinto. De flat-out (a fondo) o todo un reto admite Robert Kubica.
Sirva de ejemplo lo que ocurrió hace unos años en el Gran Premio de Canadá. El reasfaltado de la horquilla acabó siendo un fracaso y tras un día de entrenos, la pista se resquebrajaba. El parche para la carrera del domingo fue más de los mismo.
Vía | TheF1.com