Ya lo dijo Andy Soucek el viernes, cuando se le preguntó por el tema de la gasolina del Virgin VR-01. Estaba convencido que, rodando con un programa del motor "ahorrador", en Malasia podían llegar a final de carrera. No mentía, puesto que Lucas Di Grassi ha logrado hoy, por primera vez en su carrera y en la carrera de Virgin Racing terminar un gran premio.
No ha sido fácil, para nada. Lucas Di Grassi cuenta que su carrera ha sido más dura de lo que puede parecer desde fuera. Durante la primera parte de la misma, se las ha tenido que ver tanto con los Lotus como con los Hispania (aunque solo al principio). A medida que iba avanzando la carrera e iba distanciándose de los monoplazas españoles, se iba cimentando su resultado.
Pero, obviamente, puesto que el coche no llegaría a final de carrera si hubiera seguido apretando durante las 56 vueltas, se ha visto obligado a reducir el ritmo a medida que se iba llegando al final, intentando mantener la distancia sobre los HRT. Su compañero de equipo, Timo Glock, ha tenido que abandonar después de un toque con Jarno Trulli, admitiendo que ha sido fallo completamente suyo.
En Virgin Racing se valora este resultado de forma muy especial, por haber quedado como el mejor equipo de los nuevos, y sobretodo por haberlo hecho en Malasia, en "casa" de Lotus. No hay que olvidar que estas dos escuadras mantienen una rivalidad especial, fruto en parte de la apuesta que hicieron sus dos jefes. ¿De qué se trata la apuesta? Fácil, el jefe del equipo que termine por detrás a final de año deberá volar en un avión de la compañía rival, vestido de azafata. Yo tengo ganas de verlo, ¿y vosotros?
Vía | Autosport.com
