La victoria de Trevor Bayne en las 500 millas de Daytona me llevó a pensar que nunca hemos comentado en profundidad la hazaña del único, hasta ahora, piloto en conseguir la victoria en su primera participación en la Fórmula 1: Giancarlo Baghetti, que lo consiguió en 1961 a los mandos de un Ferrari alquilado, en el circuito de Rheims.
Si, por aquél entonces era frecuente competir con bólidos alquilados a los fabricantes, en concreto en este caso a la Ferrari y nada menos que un Shark Nose como el que ilustra el post (se corresponde al Ferrari de Phil Hill, campeón del mundo de 1961). Eran tiempos en los que las carreras de Formula 1 se contaban como quien cuenta la historia de una batalla épica. Y eran tiempos en los que había tantas variables a tener en cuenta en las carreras, y eran tan artesanales, que cosas como esta podían suceder.
Parte gracias a la casualidad, parte gracias al coche, y parte gracias a la suerte y manos de Baghetti hicieron posible el milagro de vencer un Gran Premio en su primera participación. Esto es algo altamente improbable hoy en día, tan solo pilotos como Jacques Villeneuve o Lewis Hamilton han estado cerca de poder conseguirlo.
Y de hecho, es tan raro que se produzca de nuevo este evento como raro es que se de que pilotos novatos en la categoría obtengan un coche ganador. Esto solo ha pasado recientemente, que yo recuerde, con Villeneuve a los mandos de un Williams en sus mejores momentos, y fue segundo en su carera de debut por detrás de Damon Hill y por culpa de una fuga de aceite, mientras la lideraba, y Lewis Hamilton (idem con un McLaren deseando vencer, podium en su primera carrera).
Vale la pena ver el vídeo en el que se relata con imágenes y una banda sonora un tanto épica cómo consiguió Baghetti lo imposible. Momento retro del día, vámonos de vuelta a la Formula 1 de 1961, en el histórico Rheims.
Vía | Motorsport Retro
