El Campeonato del Mundo WRC alcanzó su ecuador este pasado fin de semana con el Rally Acrópolis, donde el vuelco en la clasificación que se produjo quince días antes en Cerdeña tuvo continuidad. Marcus Gronholm llega a la pausa veraniega del Mundial con una sustancial ventaja de nueve puntos sobre el actual Campeón, Sébastien Loeb.
Dos errores del piloto francés han aupado al finlandés al liderato del Mundial y le permiten afrontar las vacaciones del Campeonato y la primera prueba tras el descanso, el rally de su país en Finlandia, con una cómoda renta que le permiten soñar con sumar su tercer título mundial y acabar con la hegemonía de Loeb en el Mundial las tres últimas temporadas.
Pero para ello, Gronholm tendrá que superar una dura prueba de fuego, el asfalto, una superficie que no se le da nada bien y en la que Loeb es un auténtico especialista. Tras su abandono en Cerdeña y su segundo puesto en el Acrópolis, donde se vio claramente superado por Gronholm, Loeb espera como agua de mayo el regreso del Mundial al asfalto. Sin embargo, desde Ford, donde parecen estar crecidos, ya le han advertido a Loeb que las tres pruebas que restan sobre esta superficie (Alemania, España y Córcega) no van a ser un paseo para él.
"Sé que Sebastien espera con muchas ganas el asfalto, pero nosotros tenemos preparada una evolución del coche y quizás las cosas no le sean tan fáciles," explicaba el Director de Ford, Malcolm Wilson. Aunque no ha querido dar más detalles, lo cierto es que Ford parece dispuesto a ir a por los dos títulos este año. Tras varias temporadas en las que la emoción no ha existido en la lucha por la corona mundial, este año eso sí está asegurado.
Y por cierto, no olvidemos que con la llegada del asfalto, también llegará el momento de nuestro Dani Sordo, un especialista en este terreno y que debe acabar de explotar y ayudar así a Citroën a plantarle cara a los Ford Focus en el Mundial de Constructores.
