El Gran Premio de Baréin de Fórmula 1 que ganó Sebastian Vettel ayer fue más complicado de la cuenta para algunos, y esta vez no hablamos de Fernando Alonso. Kimmi Raikkonen no pudo acabar la prueba debido al incidente que sufrió en la segunda parada de boxes, una parada en la que el de Ferrari se llevó por delante la pierna de uno de sus mecánicos.
La arriesgada estrategia estrategia de la estructura italiana llevó a Raikkonen por segunda vez a boxes mientras el resto de pilotos se la jugó a una sola parada. Los nervios y la precipitación hicieron fallar al equipo y el piloto arrancó sin que los mecánicos cambiasen la rueda trasera izquierda, atropellando al portador del neumático nuevo de esa posición y provocándole una fractura de tibia y peroné.
Una maniobra peligrosa según Dirección de Carrera
En vista del error cometido por el equipo (porque fue un error de equipo, no de Raikkonen quien salió cuando se lo indicaron -mal indicado-), la FIA ha resuelto que Ferrari deberá abonar una multa de 50.000 euros. Peccata minuta.
Tras el abandono de Raikkonen forzado a no proseguir, dejando su coche parado en el pit lane puesto que no se pueden mezclar compuestos (los tres nuevos y el trasero izquierdo viejo eran diferentes), lo que verdaderamente sería sancionable (esto es algo 100% subjetivo, claro) es la actuación del piloto haciendo gala de una frialdad pasmosa y un cabreo monumental al no preocuparse por el estado del mecánico atropellado.
El Campeón del Mundo de 2007 afirmó posteriormente que "arranqué cuando vi la luz verde. No vi qué pasaba detrás y por desgracia le atropellé. Mi trabajo es avanzar cuando lo dicen las luces. Por suerte él está bien".
No ha sido un fin de semana fácil para el equipo Ferrari ya que ésta fue la segunda sanción que la escuadra recibió. El viernes durante los entrenamientos Raikkonen se ganó otra amonestación de 5.000 euros después de perder una de las ruedas de su monoplaza. Más peccata minuta.
