Otro sábado más Fernando Alonso ha cumplido con el trámite. Se ha abierto paso sin apenas apuros hasta la Q3, y una vez allí ha hecho lo que ha podido para acabar en una decente octava plaza. Poco más se podía esperar del Renault R29, aunque en lo que llevamos de fin de semana se ha mostrado con buen ritmo y competitivo. Si a esto le añadimos que lleva KERS, mañana podría avanzar alguna que otra posición en la salida.
La nota positiva de la clasificación ha sido que en la parrilla de salida estará rodeado por monoplazas no KERS. El siguiente coche con KERS es el de Heikki Kovalainen en la cuarta posición. Con una buena arrancada en cuanto el semáforo se ponga en verde, podría avanzar unos cuantos puestos mañana domingo.
En la clasificación el español estuvo cómodo en todo momento. No tuvo ningún susto ni surgieron imprevistos. En la Q1 estuvo siempre bien situado y lejos del peligro. Bastante más relajado que su compañero de equipo Romain Grosjean, que pasó por los pelos a la Q2.
En la Q2 las cosas se apretaron algo más, pero Alonso tuvo la suerte de cara. Ambos BMW, que tenían muchas papeletas para cosechar un buen resultado en la jornada de hoy, sufrieron problemas de motor durante la segunda tanda. Este detalle le despejó un poco el camino. Se quedaron ahí y no pudieron pasar a la Q3. Con dos rivales menos en pista el panorama era más halagüeño.
Ya en la Q3, con la carga de gasolina pudiendo condicionar la estrategia de cada uno, el asturiano acabó con el octavo mejor tiempo. Habrá que esperar a que la FIA publique los pesos de los monoplazas para poder empezar a medir las verdaderas posibilidades en carrera. Yo me quedo con su situación en parrilla, con hasta tres coches sin KERS por delante que pueden ser rebasados en la salida.
En Racingpasión | GP de Italia