Cuando veía las imágenes del rally del pasado fin de semana me di cuenta de la gran cantidad de rectas y tramos rápidos que tenia. En aquel momento no me podía imaginar que la prueba irlandesa se iba a convertir en la más rápida de la historia del Mundial de Rallyes sobre asfalto. La media del ganador, Sébastien Loeb, fue la de 110,53 km/h y todo ello bajo el diluvio universal.
En concreto el francés ha superado en 7 kilómetros por hora el anterior record que también estaba en manos del rally noreuropeo. En tierra en cambio el record lo ostenta Hannu Mikkola con el Audi Quattro en el antiguo rally de Argentina de 1983 terminando con una media de 123,5 km/h. Le sigue muy de cerca Marcus Gronholm que en 2004 gano el rally de Finlandia con una impresionante media de 122,162 km/h. El hecho de que la primera prueba del Mundial se haya convertido en la más rápida sobre la superficie es un hecho que me desconcierta. Y digo esto porque siempre me había parecido un rally muy virado con muchos cruces y sobre todo muy estrecho, un error y te vas a la hierba. Sin embargo rallyes como el Catalunya que parecen verdaderas autopistas se quedan con una media de 106,12 km/h después de los tres días de competición y mejor de no hablar de otros como Montecarlo o Córcega. Aun así son velocidades que realmente impresionan.
Vía I Autosport Portugal