El estilo preciso es un estilo bastante peculiar. Puede que no sea tan constante como el piloto conservador, y es posible que incluso fastidie más los neumáticos, pero es un tipo de piloto que suele saber por donde hay que trazar y cómo hay que hacerlo para sacar el máximo rendimiento del coche y para obtener el mejor resultado posible. Pilotos así suelen ser especialmente buenos los sábados, aunque evidentemente pueden serlo también los domingos. Sebastian Vettel sería el ejemplo más evidente de este tipo de piloto.
A los pilotos con este estilo les sucede que necesitan un coche que les permita usar esa precisión. Instintivamente saben por donde tienen que ir para ser rápidos, pero necesitan una máquina que les permita seguir las trazadas que sus cabezas preveen sin darse cuenta. De ahí que Sebastian Vettel fuera capaz de ganar en Monza en 2008 con el Toro Rosso, pues el coche era lo suficientemente bueno y le permitía rodar rápido sobre el asfalto mojado del circuito italiano, y por ello en 2011 arrasó como lo hizo.
Sebastian Vettel
A estas alturas, parece que la “Vettelmanía” ya ha pasado un poco. El alemán se las está viendo más canutas que en 2010 y 2011 y tiene que sudar por obtener sus resultados. Durante un par de años, este simpático piloto alemán lo hemos tenido hasta en la sopa, y ahora nos toca descansar un poco. Pero, ¿qué es lo que le hace tan bueno, si es que realmente el mérito es suyo? Algunos dirán que un buen piloto tiene que ganar con un coche mediocre, pero esto no tiene porqué ser así.
Cuando él quería hacer algo, el coche respondía, y marcó la diferencia con respecto a Mark Webber, quien, como ya veremos, también es uno de los pilotos de estilo preciso, aunque distinto en algo esencial. Volviendo al bicampeón alemán, Vettel podría ser definido con dos palabras, “fino” y “rápido”. Pero nos quedaríamos cortos y habríamos tocado poco el verdadero estilo de Seb. Si lo miramos un poco más, nos damos cuenta de que Vettel juega bastante con la zaga del coche, le gusta hacerlo y se siente a gusto con ello.
Esta es la marca de los campeones, y pilotos como Michel Schumacher, Kimi Raikkonen o Fernando Alonso también lo hacen. Pero Vettel casi podríamos decir que basa su pilotaje en ello. Aprovecha al máximo el talento natural y la velocidad que tiene y basa su conducción en aprovecharse de estas dos cosas. A pesar de todo, Sebastian no es espectacular, no cruza el coche y no realiza adelantamientos extremos. Pero a pesar de ello, está considerado por muchos como uno de los mejores pilotos de la actualidad.
Su mejor punto será seguramente ese talento innato que tiene en las manos y en los pies para controlar el coche, y que hace que en ocasiones tenga un ritmo diabólico. Además, parece tener ese hambre común en los grandes campeones de la categoría. Aunque esto último es también un defecto, a su vez, pues a veces le harán realizar alguna jugada, como en Hockenheim este mismo año, que le saldrá mal al final. Pero su principal punto flaco es la presión que él mismo se pone encima, por ser ambicioso como es. Esto es quizás por ser tan voraz como Schumacher lo fue, pero a una edad mucho más temprana, lo que hace que aún no haya lidiado con la presión lo suficiente.
Mark Webber
Mark Webber es parecido a Sebastian Vettel en su pilotaje. Muy parecido y a la vez muy distinto, y eso es lo que les hace tan interesantes de comparar. Partiendo de la base de que los pilotos precisos suelen ser estar, en una escala entre “agresivo” y “conservador”, mas cercanos al primero, hay que tener en cuenta también que es una agresividad relativamente fina. Esto implica que le exigen mucho al coche, aunque no estén derrapando y entrando en el mínimo agujero para adelantar. Kimi Raikkonen tiene esta pequeña característica en él, también.
Volviendo al piloto australiano, es interesante porque gracias a su experiencia y veteranía, resulta que aunque su estilo es similar al de Vettel en el sentido de la agresividad “fina” y de la precisión, al final Mark no juega con la zaga del coche tanto como su compañero de equipo y las trazadas que elige a la hora de pilotar son mucho más “clásicas”; más convencionales. Evidentemente, no por ser convencionales son más lentas o menos buenas. Digamos que Mark Webber se asemeja más a lo que un libro te diría que es la trazada más rápida con un Fórmula 1, o a lo que un instructor le diría a alguien que se comprara un Fórmula 1 moderno para ir rápido.
Webber tiene algo interesante, y es que tiene un pilotaje más directo que el de Vettel. Cuando se les ve pilotar a ambos, Mark siempre parece ir en líneas más rectas, buscando el camino más corto entre dos puntos, mientras que Vettel busca el más rápido. Son dos formas muy parecidas de afrontar las carreras pero diametralmente opuestas. Pero a pesar de que sean distintas, necesitan el mismo tipo de coche (en términos generales) y el mismo tipo de habilidades para conseguir pilotar así.
De ahí que Webber siempre haya sido un buen piloto los sábados (aunque no siempre tanto como Vettel, pero ¿quien no se acuerda de las grandes sesiones del australiano con el Jaguar?) y que hasta que no tuvo un coche que le permitiera explotar su estilo al máximo, estuviera siempre considerado como un piloto de segunda. Tardó en obtener su primera victoria, pero desde el momento en que lo hizo, ha seguido ganando y demostrando que lo único que necesitaba era la herramienta adecuada.
El punto fuerte de Mark Webber es esa diferencia con respecto a Sebastian Vettel que le puede hacer brillar en momentos en los que su compañero de equipo lo pase mal. Además, esa misma diferencia le hace menos susceptible a ir mal al tener un coche menos competitivo. Habrá que ver si su talento es suficiente para competir con el de alguien que comparte estilo y coche y que, por lo tanto, a la teoría siempre estará allí a su mismo nivel, como mínimo.
Romain Grosjean
La de Romain Grosjean es una resurrección casi milagrosa. Llegó a la Fórmula 1 con 22 años y con el convencimiento del paddock de que iba a ser un piloto del futuro. Decepcionó en las siete carreras que disputó con Renault y dejó la categoría por la puerta de atrás, sin ninguna aparente posibilidad de volver a llegar. El tren de la Fórmula 1 solo pasa una vez, dicen, y por eso dejó la GP2 a pesar de que era el favorito para ganarla en 2009, para no marcar ningún punto en la categoría reina.
En 2010 hizo la AutoGP (con los viejos monoplazas de la A1GP) y ganó, pero tuvo que buscarse la vida realizando parte del Campeonato del Mundo de GT1 y la GP2, sin resultados destacables. Parecía que su carrera estaba acabada pero un salvavidas con el nombre de Pirelli apareció y la experiencia probando neumáticos le ayudó a ganar la GP2 con honores y a subir a la Fórmula 1 de nuevo. Pero, ¿para qué serviría subir otra vez si el piloto era el mismo del pasado?
Claro que al final Grosjean ha demostrado que no lo es. El piloto francés (o deberíamos decir suizo pero nacionalizado fracés) demostró rápidamente que estos años fuera de la Fórmula 1 le han ayudado para aprender mucho más de los que nos podemos imaginar. Se ha encontrado a sí mismo como piloto y nos da una sorpresa tan bonita como refrescante. Al final, si analizamos su pilotaje, nos llevamos otra sorpresa más. Se parece excepcionalmente al de Sebastian Vettel, campeón de la Fórmula 1 los dos años en los que Grosjean no estuvo compitiendo.
Romain juega con la zaga de la misma forma en que lo hace Sebastian Vettel, y es hasta más preciso que él con su pilotaje. Es posible que no tenga tanta velocidad natural como el alemán, pero tiene talento a raudales y lo está demostrando con un coche que le permite sacar partido a esa precisión de la que hace gala. También es interesante ver que al piloto de Ginebra le va más eso de tomar riesgos que a los otros dos pilotos de esta categoría, y al final resulta que esto le ha pasado factura. Pero es su primer año y puede permitirse jugársela.
Por una carrera en que le sale mal la jugada habrá otras dos en las que le va a salir bien. A día de hoy ya nadie duda de que Grosjean es un piloto de los buenos, y nadie se sorprenderá si la primera victoria de Lotus en 2012 viene con la Marsellesa sonando en el podio. El caso es que, a decir verdad, sería justicia casi divina que tuviera una victoria este año, y viendo como está la cosa, ¿porqué no? Su punto fuerte es la pasión que tiene, que le hacer ser más agresivo que Vettel o Webber, y tomar más riesgos. Pero a la vez es su punto flaco, pues le ha quitado muchos puntos éste año.
En Motorpasión F1 | El pilotaje de los pilotos de la Fórmula 1 actual: presentación, El pilotaje de los pilotos de la Fórmula 1 actual: “El estilo Conservador”