Desde luego, lo que tenía que ser una de las grandes revoluciones de la nueva temporada de Fórmula 1, el tantas veces comentado KERS, se está convirtiendo en esta pretemporada en un insoportable dolor de cabeza para todos los equipos. A estas alturas, son pocas las escuderías que tienen claro que en Melbourne saldrán con el KERS instalado en sus monoplazas, y las dudas sobre la peligrosidad del sistema son cada vez mayores.
En un año en el que la reducción de costes se ha convertido en la gran baza para garantizar el futuro de muchos equipos de Fórmula 1, no tiene mucho sentido que algunas escuderías se hayan gastado alrededor de 50 millones de euros en desarrollar un sistema que no logran hacer funcionar como debería. Sólo Williams ha optado por la alternativa de KERS mecánico, mucho más barato, mientras que el resto se ha lanzado a por un KERS eléctrico, bien de desarrollo propio (como McLaren o BMW) o bien apuntándose a la opción Magneti Marelli (Ferrari, Renault, Red Bull...).
Pero según apunta Antonio Lobato en su blog, el sistema de Magneti Marelli está causando muchos problemas. Ya no únicamente los comunes con los que se están encontrando todos (gestión de la potencia de la centralita electrónica del KERS, o que a veces la batería no se carga correctamente), sino que parece que utiliza un litio que podría ser menos estable, con el riesgo de provocar incendios o explosiones en algunas circunstancias. Vamos, casi nada.
Además, y como también apunta Lobato, ningún monoplaza ha pasado todavía un crash test con el KERS incorporado, y nadie sabe a ciencia cierta qué podría pasar cuando las baterías reciban un considerable impacto en un accidente en pista. Pero aún hay más: la seguridad de mecánicos, comisarios y todo aquel que toque el coche.
Bob Bell, director técnico de Renault, ya lo advirtió hace poco: "Son varios cientos de voltios, y tiene una potencia de diez amperios, eso es letal. Y es corriente continua, así que como la toques ya no te podrás despegar". Para evitar desgracias, el KERS Safety Working Group, presidido por BMW, se encarga de evaluar los peligros del KERS, y ha preparado un documento para formar a los comisarios en todos los Grandes Premios.
Además, y como BMW ya ha implementado en su coche (ver foto de portada), "habrá algo así como una luz de advertencia sobre el estado del KERS en todos los monoplazas. De haber riesgo, a un comisario que se acerque al coche le debe quedar totalmente claro. Llegará hasta el coche, verá la luz de estado del KERS, y no debería tocarlo". Ahora la duda está en saber si esa luz será visible en carrera para los aficionados, para que todos sepamos cuándo está el KERS funcionando y cuándo no. Estaría muy bien.