El pasado domingo, Top Gear regresaba una temporada más a las pantallas británicas con el mismo objetivo de siempre, hacer disfrutar al mundo entero. Posiblemente el programa encabezado por Jeremy Clarkson es uno de los más divertidos e irreverentes de todas las programaciones del mundo, y además los coches son los principales protagonistas. Pero este domingo se vio algo ensombrecido por un documental emitido minutos después sobre el gran Colin McRae.
A pesar de que en muchas ocasiones pensamos que en España “somos los últimos monos”, la situación de no tener televisión para seguir el Mundial (y por tanto el Rallye de Monte-Carlo) también se repitió en las islas británicas. Recordemos que en Reino Unido la tradición por el automovilismo viene desde casi tan lejos como el futbol o las carreras de caballo. Algo que en España terminó solucionando Canal+ y que se espera que en UK también se zanje antes del próximo Rally de Suecia.
Mientras tanto, la BBC apostó por realizar un documental llamado “Racing Legends – Colin McRae” que fue un rotundo éxito, llegando a cifras más que meritorias en horario de máxima audiencia (domingo noche) para tratarse de lo que algunos llaman deporte minoritario y miles de comentarios en las redes sociales (llegó a ser Trending Topic). No es sencillo que un canal como es la BBC apueste en la misma noche por mostrar contenidos tan arriesgados como Top Gear (en el que el reportaje estrella fue ver a James May junto Kris Meeke en un Bentley Continental GT sobre los tramos del Rally de Gales) y un reportaje a un piloto que será irrepetible.
Esperemos que el documental no se quede ahí, y podamos tener más episodios de “Racing Legends". Como único "pero" que se le puede poner al documental es la aparición completamente fuera de contexto de Ken Block, por mucho que fuera el americano el que se quedara con la franquicia “videojueguil” de aquellos míticos Colin McRae, que ahora pasaron a ser Dirt. Por ahora se demuestra que hay aficionados al automovilismo.
