No, no es un juego de palabras. El titular está basado en la opinión de varios participantes de la edición 2012 Dakar. Esperando se encuentran Argentina y Chile, a los que se suma Perú como gran novedad en un año que ya no se repetirá lugar de Salida y Meta como hasta ahora se venia haciendo con la capital bonaerense. La carrera comenzará el próximo 1 de enero en Mar del Plata y terminará el día 15 cerca de Lima.
Por el camino los participantes deberán atravesar Sudamérica desde el océano Atlántico al Pacifico pasando por las dunas de Fiambalá, el duro desierto de Atacama y la novedosa arena peruana que cuenta con largos cordones de dunas que complicarán la vida a todos los pilotos inscritos y que lleguen a la recta final de la “competencia”.
Las cinco etapas que se disputarán sobre suelo argentino recorrerán territorios que poco a poco se nos van grabando en la cabeza como son Santa Rosa o San Rafael. Antofagasta, Arica o la etapa de Copiapó serán las protagonistas en Chile junto al Atacama en cinco etapas, más un día de descanso intermedio, que marcarán el desarrollo de la prueba.
Aunque este año tendremos que esperar hasta el último día, ya que la inclusión de Perú y su última etapa todavía en el desierto, no permitirá que nadie se relaje hasta haber cruzado la meta. Por el camino quedarán cuatro etapas sobre suelo peruano y unas dunas muy similares a las tan añoradas de Mauritania. La “morriña” es inevitable si además le sumamos que este año sí contaremos con una etapa maratón en la que los pilotos deberán cuidar sus mecánicas si no quieren quedarse por el camino.
Habrá que prestar especial atención a la etapa entre Copiapó y Antofagasta, además del posterior paso a Iquique. La etapa 12 y 13 supondrá previsiblemente la gran prueba de fuego al no permitirse los vehículos de asistencia para reparar los desperfectos que se hayan podido producir el primer día en Perú. Aún asi y tal y como dice el director de carrera, cualquier etapa puede ser decisiva:
Me siento incapaz de predecir donde se jugará el rally este año. Realmente no hay etapa maestra, e incluso podría hablarse de una alternancia absoluta de lo que los competidores encontrarán cada día. Los cambios de ritmo serán permanentes y estarán vinculados a la variedad de terrenos, dentro mismo de cada etapa. Tengo la impresión que los pilotos más experimentados, aquellos que saben hacer frente a lo impensado, estarán mejor armados que los técnicos puros.
