Cuando la gasolina no es la alternativa

Cuando la gasolina no es la alternativa
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¡La gasolina ha muerto! ¡Viva la gasolina!. Estaba cantado pero la edición 2008 de las 24 horas de Le Mans ha sido el golpe de gracia. Para ver al primer coche propulsado por gasolina hay que bajar hasta la séptima plaza tras los seis coches oficiales, todos. Muchos esperaban que estos fallaran, pero, ¿alguien esperaba ver fallar a dos o tres para poder ver a un gasolina en el podio?. Quizás era pedir demasiado.

Al contario que en el WTCC, en Le Mans los diésel no sufren tanta caza de brujas. Las grandes marcas apuestan por esta tecnología mientras que los equipos privados sólo pueden aspirar a robar algún podio. El reglamente les favorece aunque el ACO trate de igualar las prestaciones. Por el momento y mientras el duelo Audi - Peugeot continúe, va a ser un sueño poder ver a un Dome, por poner un ejemplo, luchando con un Audi.Pero.

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El Lola - Aston Martin de Charouz se permitió el lujo de luchar de tu a tu por la sexta plaza con el tercero de los Audi en los primeros compases, pero nada más lejos de la realidad. Los pilotos contrastados, la experiencia, la consistencia, la fiabilidad. Armas a las que los privado pretenden aspirar pero que están lejos de la realidad. Al final el equipo checo consiguió una más que meritoria novena plaza. Y todo ello con el mismo motor que monta el DBR9 con el que García venció en GT1.

Del Dome, sinceramente esperaba más él, pero tampoco hay que engañarnos, el coche era un neonato en un reino de adultos. Más de lo mismo si hablamos de Epsilon Euskadi. Los prototipos españoles supieron sufrir hasta que la caja de cambios dijo basta. Errores que esperemos que sirvan para el futuro. Al menos una cosa tenemos clara. La elección del motor Judd fue una decisión acertada. El propulsor británico ofrece una fiabilidad a prueba de bombas, lástima que le falte un punto para ser más competitivo.

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Al final, otro equipo con muchos años de experiencia consiguió la victoria en lo que me gusta llamar LMP1,5. Pescarolo años atrás aspiraba a la victoria. Ahora han de conformarse con un sexto puesto. Que tampoco está mal. Eso sí, es difícil pensar en la prueba francesa sin también hacerlo en el equipo galo. Grata sorpresa la de Courage-Oreca. Él que a mi parecer portaba la decoración más bonita de la parrilla. Un coche también de reciente factura nacido de la unión de un fabricante en problemas, Courage y un equipo con ganas de aspirar a cotas mayores, Oreca. El accidente de Monza minó un poco sus esperanzas, pero de una unión así había que esperar buenos resultados.

Del resto poco que decir. Equipos como Terramos o la Universidad de Tokai ponen el punto exótico. Equipos que aspiran a terminar y que en pocas ocasiones lo consiguen. Los primeros completaron las 24 horas, pero sus 224 vueltas se quedaron lejos de las 266 que necesitaban para clasificarse. Los segundos consiguieron alcanzar casi tantas vueltas como el Epsilon de Vallés-Burgueño-de Castro, aunque casi 30 más que el segundo prototipo español.

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