Aunque parezca mentira, y con la mayoría de equipos todavía intentando encontrar su posición exacta en una de las parrillas más locas que recuerdo en mucho tiempo, el pasado Gran Premio de Alemania marcó el paso del ecuador de una temporada 2009 de Fórmula 1 que promete un sprint final de lo más interesante.
Lo más destacable de esta mitad de campeonato sería seguramente esa sensación de que muchos equipos todavía no han acabado de encontrar su sitio, y puede que muchos de ellos ya no lo hagan, centrando sus esfuerzos en el coche del año que viene. Diseñar un coche preparado para no repostar en carrera será un cambio importante, pero ni mucho menos será tan bestia como el cambio de reglamento vivido este año, por lo que dudo que haya equipos que abandonen por completo los desarrollos esta temporada.
La temporada empezó con una superioridad insultante, y para muchos sorprendente, de los monoplazas de Brawn GP, especialmente en manos de un transformado Jenson Button, que no sólo arrasaban en carrera, sino que además parecía que lo hacían guardándose unas décimas para no forzar la máquina. Todas las miradas señalaban por aquel entonces a su novedoso doble difusor como el responsable de esa soberbia diferencia, pero tras ser declarados legales, el resto de equipos ha ido incorporando su particular doble difusor a sus fondos planos, y parece que tampoco se acercan demasiado al rendimiento mostrado por los Brawn. Con una excepción remarcable: Red Bull.
De hecho, el magnífico RB5 concebido por el siempre genial Adrian Newey siempre ha sido el mejor coche de los que no estaban en el club de los difusores. Sin incorporar este “invento” aerodinámico, ni el gran fracaso de la temporada, el KERS, Vettel y Webber siempre han estado plantando cara con un coche que fue veloz desde el primer día de pretemporada, y llegó a su cúspide (o no) en Silverstone, justo cuando llegó el nuevo paquete aerodinámico que incorporaba el doble difusor. Desde entonces, la superioridad de los Red Bull ha sido incuestionable, y sólo nos queda la duda de ver si realmente están por encima de Brawn también con temperaturas elevadas. Si es así, el Mundial se pondrá al rojo vivo, pese a la importante diferencia de puntos en el mundial de pilotos.
Por detrás de los que se han ganado a pulso ser considerados los dos grandes de esta temporada 2009, hay dos grupos de escuderías bien diferenciados: los que van de más a menos, y los que van de menos a más. Estas tendencias son muy normales en temporadas con cambios técnicos importantes, y quizás lo único sorprendente es que los que empezaron abajo del todo eran los grandes favoritos: Ferrari, McLaren, BMW Sauber y Renault. Casualidad o no, son precisamente las escuderías que más ímpetu pusieron en la pretemporada en el desarrollo del KERS.
Sin duda, uno de los grandes atractivos de esta temporada es ver hasta dónde son capaces de llegar estos equipos con el paso de las carreras. Estos grandes equipos no luchan entre ellos como de costumbre, sino que están inmersos en una lucha contrarreloj contra sí mismos. Ferrari ha llegado incluso a estrenar un nuevo monoplaza (el F60B) diseñado a toda prisa, y el mensaje de poderío que puede enviar quien logre acabar el año ganando carreras sería de consideración.
Hoy por hoy, salvo BMW Sauber, que está totalmente desaparecida en combate y sólo ha sacado la cabeza en contadas ocasiones y sin continuidad, las otras tres escuadras parecen encaminadas a dar definitivamente con el monoplaza que les devuelva a las posiciones de privilegio más pronto que tarde, y los que ganaremos si eso acaba confirmándose no seremos otros que los espectadores.
Los que van de más a menos son precisamente los que empezaron aprovechando la diferencia que les daba el doble difusor sobre el resto, pero no tenían un monoplaza tan bueno en conjunto como los Brawn. Esto es: Williams y Toyota. El buen inicio de campaña de ambas escuderías no ha aguantado el progreso del resto de equipos, y sólo unas cuantas grandes carreras de Nico Rosberg están salvando últimamente la papeleta para los otros integrantes del club del difusor.
Para terminar con los equipos, mencionar que Force India se está mostrando como uno de los que está mejorando más a pasos agigantados, metiéndose a menudo en luchas que hace un año no podían ni soñar. La sensación es que si el nuevo monoplaza que estrenará Toro Rosso en Hungría no les da el resultado que todos esperan (incluido nosotros, por el debut inminente de Jaime Alguersuari), la escuadra italiana acabará convirtiéndose en el farolillo rojo un año después de haber vivido su mejor temporada con Vettel al frente.
En definitiva, que todos los frentes de pelea están abiertos de par en par, y nos esperan unos últimos Grandes Premios de lo más interesantes para que todos acaben de confirmar su tendencia al alza o a la baja, o den un giro radical a la situación. Está la cosa como para centrarse en el 2010...