Hará unas semanas nos llegaba la noticia de que Valencia estaba cerca de asegurarse la visita de la Fórmula 1 hasta el 2020. El actual contrato vence en 2014 y las negociaciones están muy avanzadas para extenderlo por otros 6 años, es decir, hasta el 2020. De esta forma tendríamos Valencia Street Circuit para rato. Más de lo que quisieran algunos, entre los que me incluyo.
No sería de extrañar que este fin de semana ya se haya concretado dicha ampliación aprovechando la celebración del Gran Premio de Europa. Hace unos meses se hablaba de que la Comunitat Valenciana se quería deshacer de la carrera debido a las pérdidas que genera, pero ahora parece que han cambiado de opinión y sí les interesa mantenerse en el calendario de la Fórmula 1. Todo esto tiene un coste, nada más y nada menos que 30 millones de euros anuales.
Si las cifras no engañan, hasta 2014 se pagan 18 millones de euros por temporada. A partir de ese año el canon subirá un 50% hasta los 27 millones de euros. Hasta ahora el coste de organizar la prueba ha sido de unos 30 millones de euros anuales. Los únicos ingresos directos que se han tenido han sido de 10 millones por la taquilla. No hay que olvidar que los derechos de televisión y la publicidad del circuito van a parar las arcas de la FOM. Resultado, el Gran Premio de Europa ha supuesto unas pérdidas de alrededor de 20 millones de euros por temporada. Un auténtico agujero negro. Un pozo sin fondo que será aún mayor en el futuro.
Valmor Sports, la empresa privada que se encarga de la gestión, acumula 25 millones de euros en números rojos. Y gracias a una serie de tejemanejes que se han urdido para que no asuma todas las pérdidas que genera el gran premio de Fórmula 1 del Valencia Street Circuit. Lo que algunos se pensaban que iba a ser la gallina de los huevos de oro ha sido un fracaso en toda regla. Por lo menos en términos económicos cuantificables.
Algunos dirán que la Fórmula 1 le hace una publicidad impagable a Valencia gracias a la cobertura televisiva, a la visita de personajes famosos a la ciudad, al atraque de yates, etc. Así es, pero no tiene nada que ver con el glamour que rodea al Gran Premio de Mónaco. En principio la idea era que la cita valenciana hiciera sombra a la monegasca. Posiblemente la prueba con más solera del calendario del gran circo. ¿Lo han conseguido?
Del Valencia Street Circuit mejor no hablar. Una carrera en dicho trazado es de lo más soporífero que recuerdo. Con diferencia, la prueba más aburrida del mundial. Una procesión de monoplazas durante casi 60 vueltas sin puntos de adelantamiento. Este año el DRS ha ayuda un poco a la causa, pero aún así rebasar a un rival es una tarea de lo más complicada. Más difícil que en Mónaco incluso, que ya es decir.
La pregunta que surge entonces es, ¿merece la pena mantener el Gran Premio de Europa? Con lo fácil que hubiera sido remodelar el Circuito Ricardo Tormo. Aprovechando las instalaciones existentes además hubieran ahorrado las muchas molestias que acarrea a la población poner patas arriba la ciudad para poder celebrar la carrera en pleno casco urbano.
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