Hace cuatro años hizo aparición la segunda generación del Ford Ka, basada en el Fiat 500 lanzado en 2007. Este utilitario se fabrica en el mismo lugar que el 500, Tichy (Polonia). En la versión que se fabrica en Brasil cualquier parecido con el europeo, logo aparte, es pura casualidad.
La mayoría de la gama europea de Ford o ha sido renovada o está próxima a estarlo en poco tiempo, debido a la ofensiva de producto de la marca norteamericana, que en su división europea, pierde mucho dinero. De hecho, este modelo concreto no da beneficios, lo cual hace peligrar su continuidad.
En declaraciones a Autocar, el director de diseño de Ford Europa —Martin Smith— añade que tampoco cumple con la filosofía One Ford, es decir, modelos globalizados. Es un coche para el mercado europeo, no se fabrica fuera y no tiene sentido introducirlo en el mercado norteamericano. ¿O sí lo tiene?
Smith comentó que no pasaría las pruebas de seguridad en Estados Unidos, aunque en Europa logró cuatro estrellas EuroNCAP. Su primo italiano, el Fiat 500, tuvo que ser adaptado para pasar esas pruebas, ganó su homologación y ya se vende por allí. En otras palabras, no les apetece hacerlo al menos en esta generación.
Este modelo aún tiene que recibir un pequeño lavado de cara —de mitad de ciclo— pero más allá Smith no le da mucho futuro. En cambio, coches como el EcoSport sí tienen futuro, porque es barato de fabricar, es sencillo y puede venderse a nivel global. Ford va camino de globalizar toda su gama.
Para que el Ka tenga futuro, deberá seguir esas premisas. Que sea económico, que aporte beneficios, que se pueda vender en cualquier sitio. Para el público norteamericano este coche sigue siendo una maqueta con motor, pero creo que con el debido marketing, se vende lo que se quiera vender. Ahí tenemos el caso de smart.
¿Y para el futuro, qué? Podemos concluir que el Ford Ka tiene dos líneas de futuro. La primera línea le lleva a un callejón sin salida, el coche se deja de fabricar dentro de unos años (o tan pronto pierdan dinero con él) y punto. Sin sustituto. Bye bye Ka.
Otra posibilidad es recordad el Ford Start Concept visto en 2010, cuyo nombre evoca acceso a gama. En vez de hacer un modelo en colaboración con otro fabricante, hacer un coche de segmento A nuevo, con un diseño más acorde con la filosofía de Ford, y que cumpla las premisas antes enunciadas.
En buena lógica, hablaremos también de un modelo global. Algo que se pueda vender también en América, o China, o mercados emergentes con mínimas modificaciones. Para la vieja Europa, por lo menos tendrá que ser rentable, si no, ¿para qué?
Fuente | Autocar