Decía Fernando Arrabal que "el milenarismo va a llegar". Con el mismo tono épico, los expertos llevan años diciéndonos que "el coche eléctrico va a llegar". Pero nos lo dicen en el sentido más apocalíptico posible, en el que los coches de combustión son borrados de la faz de la tierra. Porque el coche eléctrico (desde el puro hasta el híbrido) ya está entre nosotros, pero aún son considerados un vehículo de nicho o incluso una rareza.
Pero al parecer ya tenemos fecha para el "milenarismo". Los expertos (esta vez los de la escuela de negocios EAE) aventuran a que será en 2030 cuando los vehículos con algún tipo de motorización eléctrica serán mayoría. Será la culminación de la gran transformación que está sufriendo la movilidad tal y como la conocemos. Y en ella, como veremos, Toyota va a pintar mucho.
El mercado pide un cambio histórico
Ay, va a ser un un gran cambio, pero un tanto abrupto. Para entender el camino de rosas (con espinas) que vamos a recorrer, tenemos que echar la vista atrás y ver cómo nos hemos metido en el zarzal. Ahora mismo estamos siendo testigos de una fuerte desaceleración en las ventas de vehículos. Un frenazo en toda regla de dimensiones globales, pero que nos ha salpicado principalmente a los (a priori) mercados más importantes.
Las previsiones de ventas han pasado de 96 millones a 90
Hace pocos años la industria se frotaba las manos con alcanzar la simbólica cifra de 100 millones de unidades vendidas al año. Sin embargo, los grandes oráculos del mercado (los Moody’s y compañía) han rebajado las previsiones de 96 millones a 91 para 2019 y a 90 para 2020. Este chasco nos lo dan (no sin razón) basándose en la caída del 22% de las ventas mundiales desde 2017, que se acerca peligrosamente a la del 25% sufrida durante la crisis financiera de 2008.
Por supuesto, gran parte de esta caída en las previsiones es por culpa de las consecuencias de la crisis (¿pero no habíamos salido ya?) y de la recesión de la que nos llevan avisando desde hace unos años. Pero no ha sido el único factor. También ha influido y mucho la guerra económica en la que Trump se ha enzarzado con China, y que ha disparado los precios de los automóviles en algunos casos. Y de la que, como vaticinamos, en Europa estamos saliendo trasquilados.
Cómo cambiará nuestra forma de desplazarnos
Pero como dice el refrán, "a río revuelto, ganancia de pescadores". Para quien sepa donde pescar, claro. La subida de los precios y la escasez de capital líquido (o sea, pasta contante y sonante), ha hecho que la gente ahora se piense dos veces eso de comprar un coche nuevo. O de cogerlo para según qué tareas. O de comprarse uno muy versátil para toda la familia en vez de dos (motivo del éxito de los SUV).
Esto ha ido cambiando poco a poco muchos de los hábitos a la hora de movernos. Ahora la gente coge más el transporte público aún teniendo coche (muchos en las grandes ciudades llevan años sin coger el coche). Vemos con mejores ojos eso de compartir viaje (el famoso carpooling) y entendemos que no tenemos porqué hacer todo el trayecto en coche (la movilidad multimodal). A los llamados centennials, acostumbrados a pagar una suscripción de streaming o una espada virtual del LOL, les sabe a gloria eso de poder usar un coche y no tener que pagarlo ni mantenerlo (la clave en el carsharing).
El híbrido se postula como una opción viable ecológica a corto plazo
Pero como ya avanzábamos en la introducción, el gran cambio en la movilidad, la gran transformación de la automoción, el “milenarismo” que va a llegar, es el coche eléctrico. Y aquí englobamos a todos los vehículos con motor eléctrico que nos permitirán reducir las emisiones contaminantes. Se trata del gran reto en las ciudades, ahora que nos hemos dado cuenta que esa niebla que vemos en algunas fotos de Madrid o Barcelona, realmente no es niebla. La idea de protocolos y ordenanzas anticontaminación es ir desterrando poco a poco los vehículos de combustión, que no necesariamente nos llevarán al eléctrico puro (también está el vehículo de pila de hidrógeno). Pero mientras tanto, el vehículo híbrido se postula como la única opción viable mientras esperamos ese paraíso de enchufes que será la ciudad del futuro.
Toyota como fabricante de coches eléctricos
¿Y quién lleva décadas fabricando vehículos híbridos? Claro, estamos en Espacio Toyota y de Toyota debemos hablar. Pero en este caso es la EAE quien le otorga en su informe el papel protagonista en esta historia de coches ecológicos y ciudades limpias. Claro que el fabricante japonés ya cuenta con una posición de liderazgo en el mercado global (mayor cuota de mercado y segundo mayor volumen de ventas). Pero también el haber fabricado híbridos como churros le da a Toyota un conocimiento y experiencia incalculables para el desarrollo de eléctricos puros y de pila de hidrógeno. A la postre, las dos alternativas que tendremos para movernos en el futuro a más a largo plazo.
El mercado no es tonto y es consciente de esta situación. Toyota es actualmente la marca de automoción más valorada a nivel mundial. Y es la que más a subido en cotización bursátil (un 34%) en los últimos cinco años. Y todo ello en el escenario tan feo que pintábamos al principio del artículo, donde casi todos los fabricantes han caído en picado. Pero pensándolo fríamente, es hasta previsible. El futuro del coche es eléctrico, es híbrido, es ecológico y es innovador. Y todos ellos son valores estrechamente relacionados con Toyota.
De hecho, la compañía en su sede española cerrará este 2019 con casi 90.000 unidades vendidas en nuestro mercado, entre las dos marcas que comercializa, Toyota y Lexus. Este es sin duda un nuevo récord histórico, en el que hay que destacar que el 78% del total de ventas son modelos híbridos eléctricos, dado que la compañía ofrece un abanico con la gama electrificada más completa del mercado.
El vehículo de hidrógeno también tiene apellido japonés pues la compañía matriculó hace pocas semanas la primera unidad española del Toyota Mirai, La primera berlina propulsada gracias al hidrógeno es un hito del que la marca se felicita.
Imágenes | Toyota Global Newsroom