Vivimos tiempos convulsos en el sector energético, al menos en lo que se refiere al consumidor. Acontecimientos como la transición energética, la pandemia o la guerra de Ucrania han contribuido en mayor o menor medida a que el precio de la energía se dispare en todo el mundo, nuestro país incluido. Esto nos ha llevado a interesarnos más que nunca por cómo funciona este mercado y qué podemos hacer para ser más eficientes con nuestro consumo y adelgazar la factura de la luz de casa.
De las muchas medidas que podemos llevar a cabo, hay una de la que se está empezando a hablar mucho: la instalación de baterías domésticas. No es algo realmente novedoso, pero su elevado coste las hacía hasta ahora inaccesibles para un hogar medio. Por suerte, los precios han ido cayendo significativamente, lo que las convierte en una opción a tener en cuenta.
¿Cómo son las baterías eléctricas para el hogar?
Realmente, el concepto de una batería doméstica no dista mucho de las que usamos en nuestros móviles o portátiles, aunque, como veremos, está más cerca de las que usan nuestros coches híbridos o eléctricos puros. Su objetivo es claro y sencillo: almacenar energía eléctrica de las fuentes de suministro de nuestro hogar para su consumo posterior.
Las baterías domésticas están diseñadas para poder alimentar todo el circuito eléctrico de casa. Esto las hace muy útiles en caso de que suframos cortes de luz frecuentes si vivimos en una zona aislada o nuestra conexión a la red es inestable.
Las baterías estacionarias y de litio son las más adecuadas para nuestro hogar
En algunos países y sectores ya se llevan utilizando durante años, por lo que han ido apareciendo diferentes tipos a lo largo del tiempo (algunos los hemos visto ya en este artículo). Hoy en día, las más comunes son las de tipo estacionario y las de ión-litio, estas últimas muy similares en composición a las que portan los últimos vehículos electrificados. Tanto unas como otras, están muy indicadas incluso para grandes viviendas de campo que requieren de mucha demanda energética, pues admiten entre 3.000 y 6.000 ciclos y su capacidad no baja del 80%.
Las baterías domésticas más actuales suelen ser modulares para facilitar su mantenimiento o la sustitución de componentes dañados, y también por si necesitamos ampliar su capacidad. Además, la instalación debe ir acompañada de una unidad de control que gestione el suministro, así como de un inversor de corriente AC-CC y viceversa. También son cada vez más habituales las baterías con certificación IP contra polvo y líquidos para que podamos colocarlas en el exterior.
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En cuanto al precio, variará en función de su capacidad y potencia. Para una vivienda unifamiliar media, con un consumo aproximado de 5.000 kWh al año, podría bastar una batería de 5kW, cuya instalación completa (con inversor incluido) costaría entre 4.000 y 7.000 euros. Otra opción es realizar una instalación para toda la comunidad, con baterías de 15 kW, cuyo coste de instalación podría ascender hasta los 10.000 euros a compartir entre todos los vecinos.
¿Cómo podemos ahorrar con el uso de baterías domésticas?
Si algo hemos aprendido estos años (a costa de nuestro propio bolsillo) es que la energía no tiene el mismo coste a lo largo del día. Hemos llegado a cambiar nuestros hábitos diarios para adaptarnos a los distintos tramos de horas (como poner la lavadora de madrugada). Una batería doméstica nos sería muy útil en estos casos, pues nos permitiría almacenar electricidad de las horas más baratas y consumirla durante las más caras.
Una batería doméstica podría no ser rentable si solo la tenemos conectada a la red eléctrica general
Esto efectivamente nos ayudaría a reducir cada mes la factura de la luz, no obstante, ¿sería realmente rentable a largo plazo? Todo depende de tres factores que pueden variar mucho en cada caso: la diferencia de precios entre las horas punta y las valle, nuestro consumo energético de casa y el precio de la batería doméstica. Incluso en el mejor de los casos, el tiempo que tardaríamos en amortizar el coste total de instalar la batería en nuestro hogar podría ser superior al de la vida útil de la misma (que los expertos estiman en torno a 10 años).
Desde luego, todo el escenario cambia si tenemos instalado en nuestro hogar plantas fotovoltaicas. En este caso, el uso de baterías domésticas cobra todo el sentido del mundo, ya que podremos acumular electricidad de origen solar para consumirla cuando ésta no esté disponible (por la noche o en días nublados). Es más que probable que esto no sea suficiente para independizarnos totalmente de la red eléctrica general, pero sí para que dependamos menos de ella.
Utilizando paneles solares, el ahorro también dependerá del tipo que tengamos instalado (en este artículo repasamos las distintas tecnologías). Según los expertos, puede aumentar del 60% que ya supone el autoconsumo hasta el 85% con el uso de una batería doméstica. Esta mejoría es suficiente para compensar el coste de instalar las baterías, por lo que el tiempo de amortización de toda la instalación fotovoltaica (que ahora se encuentra entre los 4-7 años) no se vería apenas afectado.
¿Qué fabricantes de baterías domésticas hay?
Decíamos más arriba que las baterías domésticas tienen mucho en común con las que montan los vehículos híbridos eléctricos y eléctricos puros. Tanto es así que algunos fabricantes de automoción han empezado a producir este tipo de baterías para uso residencial.
Con este propósito, Toyota ha aprovechado sus décadas de experiencia desde que se lanzara el primer Toyota Prius electrificado allá por 1996. Su última propuesta para casa es el sistema O-Uchi Kyuden, que utiliza tecnologías que ya podemos encontrar en sus vehículos. Entre ellas, el Control de Baterías de Toyota, aunque en este caso adaptado a las necesidades del hogar.
Según las especificaciones, emplea baterías con una capacidad nominal de 8,7 kWh y una potencia máxima de 5,5 kW, y cada una mide algo más de un metro de alto. Todo el sistema es apto para ser instalado en el exterior y puede funcionar sin merma en temperaturas entre -20°C y +45°C.
Especificaciones del sistema O-Uchi Kyuden de Toyota: pic.twitter.com/QngU5SjCZ7
— World Energy Trade (@WorldEnergyTrad) June 5, 2022
Estas cifras del O-Uchi Kyuden de Toyota nos garantizarían la capacidad y potencia suficientes para abastecer de electricidad a un hogar medio. Y todo ello haciendo un uso diario no solo en circunstancias normales, con conexión a la red eléctrica como soporte, sino también en situaciones de emergencia con cortes eléctricos provocados por desastres naturales. Según la compañía, las baterías domésticas O-Uchi Kyuden ya se pueden adquirir de forma anticipada y pronto comenzará la distribución en Japón a través de inmobiliarias y constructoras.
La batería doméstica de Toyota permite hacer V2G con nuestro vehículo electrificado
Por supuesto, podemos usar las baterías O-Uchi Kyuden para acumular energía tanto de la red eléctrica como de paneles fotovoltaicos (en general, de cualquier fuente de suministro que tengamos). También, y como no podía ser de otra manera con Toyota, permite conectarnos a un vehículo electrificado y usar su propia batería. Esta modalidad, denominada comúnmente Vehicle-to-Grid o V2G (“Vehículo a Red”), no está pensada para un uso continuado (ya que a la larga reduce la vida de la batería del coche), pero sí supone una alternativa de suministro en caso de emergencia o necesidad.
Como vemos, el uso de baterías domésticas puede suponer un ahorro en nuestra factura de la luz y hacer nuestro hogar más sostenible si además utilizamos paneles fotovoltaicos. Es más, puede significar una alternativa de reutilización para las baterías de litio de los coches electrificados, que, aun reduciéndose su autonomía al 70-80%, siguen siendo muy válidas para el hogar. De esta forma, se las incorporaría a la economía circular, algo en lo que Toyota ya ha estado trabajando en colaboración con Panasonic y otros fabricantes.
Imágenes | Toyota, Unsplash/Vivint Solar.
