En los últimos años hemos visto todo tipo de preparaciones basadas en el Abarth 500, desde el interesante Abarth 695 Biposto creado por la propia marca, hasta salvajes creaciones como la de Pogea Racing con 404 CV o el Giannini 350 GP de tracción trasera con motor de Alfa Romeo 4C.
Obra de Romeo Ferraris, el último de estos brutales Abarth 500 se llama Cinquone Qatar y es uno de los más curiosos, porque mezcla rasgos de coches de competición con un interior de lujo al que no le falta un detalle. De hecho, puede que hasta le sobre alguno, como el portabebidas de la consola central, pensado para llevar dos copas de champán.
Puede que no sea el 500 más salvaje que hayamos visto, pero gracias a los 250 CV y 300 Nm exprimidos de su motor 1.4 litros turbo de gasolina, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 240 km/h. Y para pararlo hay un equipo de frenos Brembo con pinzas delanteras de cuatro pistones.
¿Carreras-lujo?
La jaula antivuelco integrada, la ausencia de asientos traseros, la entrada de aire de techo, el agresivo capó ventilado, las llantas de 18 pulgadas con neumáticos en dimensiones 215/35, la doble salida de escape central, el extintor o el gran alerón trasero parecen indicar que el objetivo principal de este Cinquone Qatar es ganar carreras. Lo que no cuadra tanto es el interior.
El habitáculo está protagonizado por un color blanco perla al que se suman un sinfín de detalles dorados (en volante, botoneras, marcos de los difusores de aire o de la pantalla, etc...), asientos de cuero y una parte superior del salpicadero forrada en un material de color vino que parece alcántara o terciopelo, junto a costuras en contraste de color blanco.
Tampoco faltan dos cascos Sparco en el maletero con sus propias redecillas de sujeción o tapizados de cuero también para las barras antivuelco. Y sobre las copas de champán, solo esperamos que sean exclusivamente para celebrar las victorias en circuito.