Abarth 500
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Noticias de Abarth 500 en Motorpasión
Tengo una picadura que no se como sacarme de dentro. Es de un Escorpión pequeño, de nombre Abarth y de apellido 500. Me ha picado hace un par de semanas y no consigo que su veneno deje de hacerme efecto.
Lo bueno de este tema es que se trata de un veneno dulce, un veneno agradable, un veneno de deportividad y un veneno de diversión. Este pequeño escorpión que ha pasado por mis manos para Motorpasion, tiene una indudable herencia del mundo de la competición que se deja sentir en todos los aspectos.
El espíritu deportivo de los Abarth 500 que triunfaban en competición en los años 60 está vivo en este pequeño coche de solo 930 kilos de peso y motor 1.4 de 135 caballos de potencia. Veamos de lo que es capaz el Abarth 500…
El Abarth 500 enamora por fuera
Sin tener a mano cifras de ventas actuales, me atrevo a decir que el Fiat 500 se ha convertido ya en un habitual de las grandes ciudades en nuestro país. El Abarth 500, que se comercializa de forma independiente a través de los concesionarios Abarth (más de 100 en toda Europa), tiene todo lo necesario para destacar frente a los 500 normales.
Su aspecto denota que los encargados del diseño se han esforzado al máximo dando como resultado un coche bonito, deportivo y cuidado hasta el último detalle.
El Abarth 500 es más largo que en un 500 normal. Este aumento de longitud se ha conseguido dotando al paragolpes delantero de una longitud mayor, una longitud que no es solo un ejercicio de estilo para seguir la línea de los 850 TC y el 1000 TC, sino que es así para darle especio al turbocompresor.
La parte de abajo del paragolpes tiene tres entradas de aire de gran tamaño, integradas todas ellas en una gran toma de aire delantera que con las juntas de separación pintadas en negro, le dan un aspecto muy “boca negra” al frontal del coche. A los lados de esta, otras dos rejillas dejan que el aire fluya hacia los intercooler que se pueden ver a través de las entradas de aire.
El faldón delantero alberga también dentro de esta entrada de aire central dos pequeños faros antiniebla, que además de realzar su aspecto deportivo pareciendo “cuneteros”, aportan un pequeño extra para ver bien los límites de la carretera cuando rodamos de noche.
Encima de la placa de matrícula, una pequeña entrada de aire adicional se sitúa justo debajo del logotipo de Abarth, que preside el frontal habiendo desbancado por méritos propios al logo de Fiat.
El tratamiento de musculación al que se ha sometido al pequeño Abarth 500 se nota también en las luces de posición delanteras, que están situadas en los vértices del frontal en una posición independiente respecto a las ópticas delanteras. Su parte exterior no llega a alinearse con el perfil del paragolpes, que queda un poco más adelantado.
Las llantas de 17 pulgadas de la unidad de pruebas del Abarth 500 eran espectaculares, no podemos negarlo. Se trata de un elemento opcional, pero lo mejor de todo es su precio, de sólo 200 euros respecto a las de serie de 16 pulgadas.
Se trata de unas multiradio en las que los interiores de las gargantas se han pintado en negro, creando un contraste muy atractivo con el tono de aluminio brillante de los radios. En el centro, el escorpión se encarga de esconder las tuercas de unión al eje y un pequeño perfil rojo a su alrededor le da el toque fino.
El modelo que probamos estaba pintado en color rojo, un rojo que le sentaba muy bien y que servía para aumentar si cabe su carácter deportivo.
El color rojo opcional por 310 euros contrastaba con el blanco de varios detalles. El más llamativo eran los adhesivos laterales de Abarth, que recorrían el lateral del coche desde el paso de rueda delantero hasta el trasero.
Son opcionales y su precio es de 200 euros. Seguro que los más nostálgicos optan por ellos, porque realzan el aspecto “retro” del Abarth 500.
Por otro lado también iban pintados en blanco las carcasas de los espejos retrovisores, otro elemento opcional que va a juego siempre con las pegatinas de las puertas. Estos combinaban además con el elemento que desentonaba más en la unidad de pruebas, la pegatina del escorpión en blanco que estaba sobre el capó.
Afortunadamente se trata de un elemento opcional también, con un precio de 60 euros. El problema es que la mayoría de la gente no reconoce ese escorpión como el logotipo de la marca, y todo el mundo pensará que ese escorpión ha aparecido ahí igual que podría aparecer una pegatina de un ágila o otra de la marca Penélope en el portón trasero. Poco fino.
También en los laterales vemos que los faldones han ganado en volumen respecto a los de un 500 normal. Debajo de las ventanillas traseras encontramos dos logotipos de Abarth muy llamativos y seguro que muy preciados por los amigos de lo ajeno.
Y si seguimos hacia detrás llegamos a la trasera, sin duda la parte más espectacular del Abarth 500. Si la delantera nos gustó por sus formas musculadas, la trasera hace lo propio gracias principalmente a la doble salida de escape que se encuentra integrada con el difusor de aire trasero.
Se trata de dos salidas de escape de un tamaño muy considerable y situadas muy arriba respecto a la posición habitual de los escapes. Está claro que a la hora de diseñar el Abarth 500 no se ha puesto límites a los encargados del lápiz, así de gusto.
Sobre las salidas de escape se encuentra el logotipo del escorpión, siguiendo el estilo iniciado por los modelos de carreras de los años 60. Si a la vista los escapes son espectaculares, os aseguro que cuando el motor están en marcha os sorprenderán.
El sonido que emiten poco o nada tiene que envidiar al de un coche de carreras, y os aseguro que no quiero ni imaginarme lo que puede pasar a la hora de ir a la ITV y encontrarte con un operario demasiado estricto.
El sonido al ralentí recuerda de forma inevitable al de un Mitsubishi EVO, y una vez en marcha se convierte en una auténtica melodía para los que van en su interior. Es más, durante la prueba en alguna que otra reducción el pequeño escorpión nos deleitó con una deflagración de escape. ¿Fruto de la casualidad o eso también está estudiado para que ocurra?
La trasera se completa con un alerón de considerables dimensiones que además de servir de colofón estético para un conjunto de lo más atractivo, también ayuda a que la parte de atrás esté siempre bien unida al suelo.
Exteriormente el Abarth 500 tiene todo lo que hay que tener para triunfar. Pero, ¿estará el interior a la altura? ¿Será realmente deportivo el comportamiento del Abarth 500? ¿Mini Cooper S o Abarth 500? En las próximas partes os sacaremos de dudas…