Desde Japón nos hacemos eco de un proyecto de investigación de la Universidad Tecnológica de Toyohashi para cargar coches eléctricos de forma inalámbrica a través de las ruedas de los mismos. El sistema crea un campo magnético que induce una corriente eléctrica en el bobinado de las ruedas del coche, transmitiendo así la electricidad.
Una de las ventajas de este sistema es que es posible la transmisión de electricidad incluso a través de 10 centímetros de hormigón y de neumáticos convencionales, creando de esta manera un sistema perfecto de interacción entre la tecnología actual del automóvil y las carreteras y el futuro del coche eléctrico.
El sistema, todavía en forma experimental, es capaz de transmitir electricidad para iluminar una bombilla (unos 50-60 Watios) a través de dos bloques de hormigón sobre los que se montan las ruedas del automóvil con una eficiencia de la transmisión del 80%. Esta cantidad de energía, evidentemente, no da para alimentar un coche, pero al se una fase experimental tenemos que darle el beneficio de la duda.
Muchas son las tecnologías de recarga inalámbrica que se han presentado, algunas llevan en funcionamiento hasta 10 años, pero hoy por hoy no disponemos todavía de ningún tipo de sistema disponible comercialmente. El hecho de que este sistema disponga de una alta eficiencia, la transmisión se realice a través de las ruedas y que se pueda disponer bajo el piso de la carretera lo convierte en una verdadera opción de futuro para la movilidad eléctrica.
Aún así, desperdiciar un 20% de la energía en la transmisión sigue siendo mucho. Si la electricidad se produce mediante centrales térmicas en las que se queme fuel-oil (como puede suceder en las islas) el rendimiento final del sistema se acerca al de un vehículo térmico de combustión, ya que hay que tener en cuenta los rendimientos de todos los sistemas.
Esto que digo no es una crítica a la movilidad eléctrica, como otras veces hemos visto, sino una puesta de puntos sobre las íes de si realmente nos merece la pena el perder un 20% de la energía en el paso final de la transmisión. Es cierto que estos sistemas supondrían la posibilidad de movernos en coche eléctrico indefinidamente, y que la infraestructura se podría colocar cuando se realicen obras de reasfaltado de las carreteras, reduciendo el coste de la instalación sobremanera.
Ibañez ya nos habló en otro artículo sobre recarga inalámbrica en carretera de los costes que supondría el instalar un sistema de cableado y bobinado eléctrico en nuestras carreteras. Es cierto que la idea de baterías más pequeñas, compactas y baratas seduce, pero ¿estamos dispuestos a pagar el sobrecoste en infraestructuras? Danos tu opinión en los comentarios.
Fuente | Nikkei
Vía | Green Car Reports
Imagen | Flickr
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