El prototipo de coche autónomo de Google que bien podría haber soñado Isaac Asimov ya está aquí para sustituir al anterior. Este compacto extremo y ovoide de dos plazas que podéis observar en la imagen no va a estar solo en su nueva misión, porque otros 99 compañeros tan autónomos como este van a acompañarlo en sus próximas pruebas, que tendrán lugar en California.
Se gobierna a través de smartphone, y el único control al que se presta es un botón de parada. Los nuevos detalles que se desvelan de este proyecto que pretende llevar la conducción autónoma a las calles son pocos. Sabemos, por ejemplo, que el motor eléctrico de este prototipo está limitado a 40 km/h y tiene 160 kilómetros de autonomía.
Ha sido fabricado en el área de Detroit, por un fabricante que Google se niega a desvelar. Del mismo modo que no ofrece datos de lo que ha podido costar. La compañía quiere que esté listo para la carretera el próximo año, eso sí, en áreas urbanas, nada de pisar la autopista. Otro pequeño detalle que se desconoce es si Google planea dedicarse a esto de la automoción por su cuenta, o venderá sus innovaciones en materia de conducción autónoma.
Su funcionamiento, mediante aplicación móvil, funciona como Uber, permite recoger al pasajero en cuestión en una localización seleccionada y llevarlo al destino elegido sin que el albedrío humano se cruce en la misión de esta máquina diseñada por la sección X de Google.
Sus sensores detectan el terreno circundante en 360 grados y 182 metros. Está fabricado en un material esponjoso para minimizar las consecuencias en caso que su ordenador falle y pueda poner en peligro a un peatón. Los primeros que se someterán a este riesgo tecnológico serán los empleados de Google.
Lo que desconoce este predecesor de R. Daneel Olivaw es que con su equipamiento, o más bien, con la ausencia de este, es ilegal su conducción según la legislación, incluso de los estados más permisivos en esta materia, como son Nevada, Florida y la misma California. Esta incide en que es obligatorio que un humano pudiera tomar el control en caso de emergencia. En el caso de este coche autónomo, Google se ha adelantado demasiado.
Vía | The New York Times
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