Una de las grandes noticias de este verano en el campo de la movilidad eléctrica ha sido la compra de Seeo por parte de Bosch. Os recordamos que esta compañía californiana, Seeo, había atraído la atención de muchos inversores en la industria por sus avances y patentes, especialmente con su desarrollo propio del denominado electrolito sólido. Seeo decía que iba a doblar en un corto periodo de tiempo la densidad energética de las baterías de los coches eléctricos hasta los 400 Wh/kg.
Ahora Bosch ha asimilado esta y otras promesas, presentando un programa propio en el que el la incorporación del electrolito sólido vuelve a tomar un rol protagonista en su proceso. Ahora bien, desde Bosch son prudentes y hablan de una autonomía de 300 kilómetros, reduciendo los costes a la mitad y marcándose el objetivo, mucho más alejado, de 2020.
Y es que en Seeo hablaban de 2017 para alcanzar estas cifras. ¿Son demasiado pesimitas en Bosch o eran demasiado optimistas en Seeo? Podemos encontrar razones ajenas a lo puramente tecnológico, y más como estrategia de mercado, para ambos colectivos. Solo el tiempo y las baterías nos mostrarán quien se acercaba más a lo que va a ocurrir.
Adiós al grafito en el ánodo
Bosch en el anuncio de sus nuevas baterías vuelve a explicarnos en qué consiste ese electrolito sólido. Uno de los motivos actuales por el que las baterías de iones de litio limitan su capacidad energética es porque en el diseño del ánodo se emplea mucho grafito. Con la tecnología de estado sólido, Bosch podría fabricar ánodos de litio exclusivamente, lo que aumenta la capacidad de almacenamiento. Como ya os contamos en su día esto además disminuye el riesgo de incendio, al eliminar el líquido iónico en las celdas.
Lo que es cierto es que Bosch quiere parte del pastel que promete la movilidad eléctrica. Sus previsiones son que en 2025 la cuota de eléctricos sea del 15%, y quieren actualizar su tecnología para dar la talla. Sumando la compra de Seeo al acuerdo firmado con GS Yuasa y Mitsubishi.
En el caso del electrolito sólido, no son el único fabricante haciendo buen uso de esta tecnología, también Volkswagen tiene una línea de investigación abierta, pero con mayor ambición, exactamente con 700 kilómetros de autonomía para los coches eléctricos.
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