El actor, productor y director hawaiano Jason Momoa, es conocido en la gran pantalla y televisión por interpretar papeles en series icónicas como Juego de Tronos (donde ha dado vida a Dothraki Khal Drogo) o películas difíciles de digerir como Aquaman.
Pero su esfera privada la protagonizan sus hijos y su mujer, Lisa Bonet, y precisamente por ella se ha embarcado en un ambicioso proyecto de restauración del que fue el primer coche de Bonet, un Ford Mustang GT de 1965 al que han dado una segunda vida.
Un largo camino
Bonet lo compró cuando tenía 17 años y desde entonces lo ha 'conservado', aunque su estado era penoso.
Debido a la antigüedad y exclusividad del modelo (este en concreto es uno de los tres descapotables que se fabricaron), Momoa ha pasado 14 años buscando piezas originales para darle una segunda vida. De la restauración se ha encargado el taller especializado de Las Vegas 'Divine One Customs'.
El clásico fue desmontado y restaurado completamente, y recibió un nuevo motor.
El Mustang de 1965 fue el primer Mustang GT, y este en concreto equipaba el acabado Deluxe, con caballos estampados en el respaldo de los asientos y que se conservaban asombrosamente bien antes de la restauración, según podemos ver en el vídeo de la productora de Momoa, 'On the Roam'.
No sabemos si el de Bonet montaba la variante V8 de 225 CV o la de 271 CV ni en qué condiciones estaba el motor, pero el proceso fue complejo. Tras un profundo lavado, tocaba desmontar al completo este clásico, que ha recibido corazón nuevo.
El Mustang GT de 1965 estaba disponible en carrocería convertible, coupé y fastback y estrenaba un nuevo panel de mandos que posteriormente, en 1966, se convertiría en estándar para toda la gama.
El resultado de la restauración es espectacular, respetando el negro original tanto en el exterior como en el interior. "Sé que no podemos revivir un recuerdo, pero tal vez podamos reconstruir uno", ha dicho Momoa. ¡Eso sí que es amor!
En Motorpasión | Cómo construí mi propia furgoneta camper paso a paso: una historia de sueños y pesadillas por el amor de viajar a mis anchas