Para que veáis que el Gobierno de EEUU no solamente le tiene manía a los fabricantes japoneses, también pegan tirones de orejas a los patrios. Resulta que varios modelos de las marcas Chevrolet y Saturn (hoy extinta), entre otros, tienen un potencial problema en sus fiables arcaicas transmisiones automáticas de cuatro velocidades.
Estos ingenios, probados desde el Pleistoceno, podrían tener un problema en un cable de la caja de cambios. Si eso ocurre, un buen día el dueño parará el coche en “P”, sacará la llave, saldrá… y puede ser autoatropellado. ¿Por qué? En realidad, el coche se habrá quedado en punto muerto, y sin freno de mano, se puede mover porque el trinquete de la transmisión no lo bloquea.
Por lo tanto, la NHTSA obliga a General Motors a revisar todos esos coches y en el caso de que sea necesario reparar el problema. Se sabe de cuatro accidentes por este motivo, pero sin que haya que lamentar heridos. El problema no es problema si se acciona el freno de mano, pero ya sabemos que algunos conductores de ese país… son un poco… especiales.
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