Uno de los coches que nos ha puesto los dientes más largos en los últimos meses es el nuevo Toyota GR Yaris. No es un utilitario al uso, sino que es una creación pensada para despuntar entre los coches del WRC que llegará a las carreteras con cuentagotas, pero con una base magnífica como coche de carreras.
Aún no ha pisado nuestro asfalto y ya nos morimos de ganas por ponernos a su volante. Eso sí, unos pocos afortunados han tenido la suerte de probarlo y otros ya han desarrollado las primeras preparaciones (aunque sea virtualmente), que en el caso de la que os traemos hoy es sencillamente descomunal.
Más radical incluso que un coche de Rallycross
Bajo el paraguas de Gazoo Racing, la división más radical de Toyota, el fabricante japonés ha traído de vuelta al Supra que ha hemos podido conducir y, esperamos que dentro de no demasiado, podamos hacer lo mismo con el Toyota GR Yaris.
El pequeño utilitario urbano ha mutado en una bestia que de serie ofrece mucho a cambio de los 32.900 euros. Bajo una carrocería que saca músculo por sus cuatro costados se esconde un motor de tres cilindros con 261 CV de potencia máxima, tracción integral y un chasis con una puesta a punto específica cuyo único propósito es ser muy rápido y sobre todo divertido.
Pero la propuesta de fábrica no es ni mucho menos suficiente para algunos como los chicos de Rocket Bunny y Pandem, quienes han vuelto a metamorfosear al GR Yaris para volverlo un coche que es casi más ancho que largo. El kit de carrocería que han desarrollado se ensancha una barbaridad y lo transforma en un coche aún más radical que los participantes en el mundial de Rallycross.
El paragolpes delantero se abre para dejar al aire un nuevo sistema de intercooler reforzado, además de incluir apéndices aerodinámicos en las esquinas, justo por delante de nuevas canalizaciones de aire. No puede faltar un splitter inferior qeu casi va peinando el asfalto, porque la suspensión también ha sido rebajada.
Los pasos de rueda se han ensanchado aún más para dar cobijo a unas nuevas llantas de aleación con neumáticos de perfil bajo y taloneras a juego con el perfil del conjunto. En la parte trasera destaca un enorme alerón anclado a los laterales del techo y con dos refuerzos sobre la tapa del maletero, sendas extracciones de aire tras los pasos de rueda y un paragolpes con difusor y manteniendo la gran salida doble de escape.
Está claro que la gente de Rocket Bunny no se anda con paños calientes. De momento són solo unas recreaciones, pero a la vista de los trabajos anteriores de la firma seguro que no decepcionan.
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