Estamos acostumbrados a que los preparadores independientes intenten captar la atención de los clientes con kits excesivamente llamativos. En esta ocasión ABT ha buscado justo lo contrario, haciendo destacar al Audi Q5 por su sobriedad y sin estridencias.
El preparador alemán ha utilizado sólo con los retoques justos para lucir un aspecto más agresivo por fuera para el SUV medio de Audi mientras que bajo el capó se encuentra una notable mejoría que prácticamente pasa desapercibida.
El Audi Q5 que quería dejar de ser un SUV
El kit Sportsline de ABT intenta brillar gracias a su discreción y luce un paragolpes trasero un poco más marcado con cuatro salidas de escape de 84 mm de diámetro, dos a cada lado, que se dejan ver pero sin destacar demasiado gracias al uso de colores oscuros. Da gusto ver escapes de verdad entre tanta salida de postureo.
Opcionalmente se puede incluir con el kit el alerón trasero fijado al techo o un ensanchado de los pasos de rueda, además de un paragolpes delantero de líneas más agresivas, pero donde está el plato fuerte es bajo el capó (aunque nuevamente sin locuras.
ABT anuncia mejoras para todas las mecánicas del SUV germano pudiendo convertir los 252 CV y 370 Nm del motor 2.0 TFSI en 300 CV y 420 Nm, los 190 CV y 400 Nm del 2.0 TDI en 215 CV y 440 Nm y el 3.0 TDI de 286 CV y 620 Nm en 330 CV y 670 Nm. Al Audi SQ5 ya le metieron mano hace tiempo.
Estos cambios en el motor se consiguen gracias a una reprogramación específica para cada modelo a través de una centralita AEC (ABT Engine Control) que controla más de 25 parámetros al mismo tiempo para sacarle el mejor rendimiento al motor.
Y para mejorar el comportamiento sobre el asfalto del Audi Q5 (fuera del asfalto ya tal...), ABT ofrece una suspensión de tipo coilover que puede rebajar la altura libre al suelo entre 35 y 60 mm además de varios modelos de llantas a juego con el conjunto entre 20 y 21 pulgadas.