En el mundo de los coches de colección, hay diferentes elementos que hace que un coche sea especial. Su palmarés deportivo, su importancia histórica en la sociedad, el prestigio de la marca y su exclusividad, el hecho de que sea único y, por supuesto, luego están las primeras y las últimas unidades fabricadas de un determinado modelo.
En esta caso concreto el Tesla Roadster cumple con una de las premisas, es el último Roadster fabricado, el número 2.500. Sin embargo, todavía no está claro que el Tesla Roadster vaya a suscitar el mismo interés entre los coleccionistas que un Ferrari 250 GTO. Pero no es un problema para el vendedor que pide 1.390.000 francos suizos (1.291.000 euros, aproximadamente) y compara la oportunidad de comprar este Tesla con la de comprar un 250 GTO cuando eran “baratos”.
Esta unidad cuenta con una configuración especial conmemorativa: carrocería en blanco perlado e interior blanco y negro, así como los autógrafos del equipo Tesla de la época. El coche ha recorrido tan sólo 200 km desde su entrega, pero a priori su batería siempre se ha mantenido en un buen estado de carga ya que el coche pasó estos años en un garaje climatizado, siempre cargado y hasta con “cojiines” para evitar que los neumáticos desarrollen un flatspot al quedarse tanto tiempo el coche parado.
Viendo la colección de coches que posee el vendedor, en las que hay varios Aston Martin y otro Tesla Roadster, es probable que haya comprado en su día esa unidad como pieza de colección. No hay una regla para determinar si un coche será o no un futuro coche de colección, entran en juego una multitud de parámetros. Pero sí hay unos pocos que este cumple. Y en ocasiones, es más que suficiente para que convierta en coche de colección.
¿Es un Tesla Roadster carne de colección?
Es la última unidad de un modelo, ya de por sí, ayuda a que tenga cierto interés para los coleccionistas. Además, el primer modelo de una marca que ha vuelto a poner en primer plano la movilidad eléctrica. Y que ha mostrado al resto de los fabricantes cuál era el camino a seguir. Es decir, tiene cierto interés a nivel histórico.
Y por último y sobre todo, es el primer modelo de una marca con la que sueña muchos futuros automovilistas. Y en ocasiones es justamente lo que hace que con el tiempo que un modelo se convierta en un coche de colección. Muchos coleccionistas terminan comprado los coches con los que han soñado cuando eran más jóvenes, como los Lamborghini Countach, Ferrari F40, Porsche 911, el Lancia Delta HF Integrale o el Renault 5 Turbo.
Dicho esto, que sea un coche con potencial para formar parte de algunas colecciones es indudable, también hay coleccionistas de modelos mucho más desconocidos, pero la duda que tenemos es si a día de hoy vale casi 1,3 millones de euros o no.
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