Los sueños de conducción autónoma de Elon Musk pueden sufrir un importante revés en los próximos meses. Según recoge Bloomberg, la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) mantiene abiertas dos investigaciones formales sobre el Autopilot de Tesla.
En función del dictamen de este organismo la firma californiana podría verse obligada a restringir el funcionamiento de este sistema, llamando incluso a revisión a todos los Tesla equipados con él.
Un potencial golpe de reputación
El interés de la NHTSA por el Autopilot se apoya en sus resultados de siniestralidad que, desde 2016, recopila varios accidentes con víctimas mortales donde este dispositivo fue determinado como el principal causante.
Del mismo modo, YouTube y otras redes sociales están pobladas de vídeos donde los propios dueños muestran cómo este sistema realiza maniobras repentinas dirigiéndose contra otros vehículos, contra elementos del mobiliario urbano o directamente fuera de la carretera.
Hasta ahora, Tesla ha optado por no contribuir a la polémica, limitándose a actualizar periódicamente el software del sistema y a recordar que, aun con el Autopilot en funcionamiento, sigue siendo necesario que el conductor se mantenga atento y con las manos sobre el volante.
Pero la jurisprudencia no favorece a Tesla. En los últimos tres meses, la marca se ha visto obligada a emitir hasta 11 llamadas a revisión por orden de la NHTSA, a fin de subsanar defectos en su hardware y software que presentaban riesgos para la seguridad.
The fun police made us do it (sigh)
— Elon Musk (@elonmusk) February 13, 2022
De ahí que, a través de su perfil personal de Twitter, un molesto Musk definiera a este organismo (y a toda la administración de Joe Biden) como la 'policía de la diversión', que viene a ser lo mismo que 'aguafiestas'.
Sea como fuere, las pesquisas de la NHTSA pueden acarrear a Tesla consecuencias muy dispares. La primera de ellas sería una nueva llamada a revisión para establecer limitaciones en el Autopilot. Esto podría suponer un duro golpe en la reputación de la marca, la cual ha convertido la conducción autónoma en uno de sus principales reclamos de venta.
Y es que dejar que el coche lleve por sí solo a sus ocupantes es la gran promesa de Tesla, la cual lleva anunciando desde 2014 y que representa uno de los principales atractivos para sus inversores.
Pero, por el momento, el Autopilot encuentra un gran freno en lo mismo que los sistemas análogos de su competencia: los coches autónomos todavía no saben cómo hacer frente a los imprevistos.
Un problema que se remonta a la primera víctima mortal de un vehículo autónomo, Elaine Herzberg, quien fue arrollada en 2018 por un Volvo automatizado de Uber cuyo sistema no fue capaz de averiguar que la mujer cruzaba la carretera de noche, por un paso sin señalizar y empujando una bicicleta.