The Ultimate Car Collection: 8 millones de euros en una habitación

The Ultimate Car Collection: 8 millones de euros en una habitación
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Imagínate que estás buscando un sitio donde sentarte un rato para conectar tu portátil y beber algo, y de repente te encuentras en una habitación con coches de lujo por valor de 8 millones de euros. Aunque suene a broma, a mí me ocurrió, buscando la sala de prensa del British Motor Show fui a dar con la joya de la corona del imperio Británico.

La colección se llama The Ultimate Car Collection, está patrocinada por el diario británico The Times y, los días abierto al público, la entrada a la habitación mágica cuesta 85 libras, que son más de 100 euros.

¿Alguno destacable? Pues mire usted, al estar rodeado de tanto coche lujoso, no sabe uno cual escoger. Llama la atención la tremenda altura del Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé (un auténtico yate de carretera), la agresividad del Gumpert Apollo (que parece que vaya a morder, da miedo acercarse) o el pobre Tesla Roadster, el más barato de la colección (unos 100.000 euros), aunque merece de sobra estar ahí por su exclusividad.

Aston Martin DBS
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La cifra de 8 millones de euros la he calculado a ojo, y puede que me haya quedado corto. Pero la cosa no acaba ahí, además de los 20 coches de la habitación mágica, en el área de exposiciones del salón había otro recinto de la misma colección con una buena cantidad de coches.

Sí, los de “segunda fila”, un F430 Scuderia, un Maserati Granturismo S, un Pagani Zonda, un SLR Roadster… o un exclusivísimo Spyker C12 Zagato. Utilitarios de andar por casa, vamos.

¿Os apetece dar un paseo por la habitación? Adelante, pasad:

A continuación, la galería completa de la habitación mágica y del área dentro del salón, todo de un tirón. Aguantad la respiración y las lágrimas.

Por cierto, un comentario sobre la calidad de las fotos. Al llegar aquí y verlas, he pensado en cortarme un dedo, muchas de ellas han salido movidas, especialmente las de la habitación con moqueta negra. El motivo es que la iluminación era bastante mala, sobre todo comparado con el Salón de Ginebra, donde las fotos salían perfectas.

Con flash quedaban muy mal, por tanto mi única opción era apoyarla en las mesitas destinadas a los canapés y al champán, pero para algunos coches no fue posible. En vez de cortarme el dedo, para la próxima prometo llevar una cámara mejor (que la mía no es mala, pero podría ser mejor), o al menos ir con un trípode (y digo ir, porque después de ver todos esos coches, al salir ya tenía uno…)

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