Si hay algo que hemos aprendido desde el caso Pedalgate de Toyota, es que llamar coches de más a las revisiones puede ahorrar disgustos. Es es lo que le ha pasado a Kia en Estados Unidos, su pieza defectuosa presuntamente provocó una muerte y ahora le toca apoquinar 40 millones de dólares (27,9 millones de euros) a la familia de la fallecida.
En el año 2004 Tiffany Stabler sufrió un accidente con el coche que le habían regalado por su 16º cumpleaños. El coche, un Kia Sephia del año 1999 revisado recientemente en un taller de Kia, derrapó, la joven salió despedida a pesar de llevar el cinturón abrochado (según los testigos) y murió. La causante podría ser una hebilla defectuosa.
No era la primera vez que se reproducía ese mismo problema, de hecho Kia mandó a revisión en el 2002 a los Sephia y Sportage del 1995 al 1998 por ese mismo problema con las hebillas, sin embargo, y a pesar de que Kia sabía que los modelos del 1999 y 2000 también estaban afectados, no los llamó a revisión hasta el año 2004.
En total, hubo modelos con hebillas defectuosas rodando por las carreteras estadounidenses durante un año y medio. Sin embargo Kia no acepta su culpa en este caso y apelará la sentencia alegando que la víctima no tenía el cinturón de seguridad abrochado.
Si la investigación se hizo pertinentemente no debería haber visos de duda sobre la diferencia entre el cinturón abrochado y defectuoso o desabrochado. De momento queda la cosa en suspense, si la denuncia no es un “sacacuartos” a la americana, espero que la familia reciba su correspondiente indemnización, si es una denuncia solamente para sacar dinero espero que la familia pague por el daño a la imagen de Kia.
Que se haga justicia.
Fotografía | chan_chi_kin_kenny, Motherproof.com
Vía | Leftlanenews
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