Terribles noticias nos trae el balance de seguridad vial de 2017, aunque cualquier balance que supere el número 0 seguirá siendo un desastre. El año pasado perdieron la vida en las carreteras 1.200 personas (datos a 24 horas), 39 más que en 2016 y 69 más que en 2015. 3,3 fallecidos diarios de promedio en 2017.
Y como cada año, la DGT destaca en su informe los factores contribuyentes en accidentes mortales o graves: distracciones, velocidad inadecuada, cansancio, alcohol y drogas. El resto de factores, a parte del humano, como el estado de las carreteras o la situación del sistema educativo, desaparecen del informe.
Cuando 1 ya es mucho
Acostumbrados como estamos ya a argumentos triunfalistas, es costumbre que en los balances de seguridad vial con cifras catastróficas se aluda a es que hay más vehículos (33 millones), hay más desplazamientos (408 millones), el parque automovilístico es más viejo (hasta los 13,8 años)... La culpa fue del cha cha cha, como bien explicó Josep Camós en 2012 en un pormenorizado artículo, que bien podría salir hoy.
Pero los datos son los datos, y detrás de cada número, muchas vidas destrozadas: durante el año 2017 se han producido 1.067 accidentes mortales en vías interurbanas, en los que han fallecido 1.200 personas y 4.837 heridas hospitalizadas, lo que supone un aumento del 3 % en lo que a accidentes mortales (+28) y fallecidos (+39) se refiere.
Cabe destacar que las cifras dadas a conocer hoy son provisionales y únicamente referidas a los accidentes mortales ocurridos en vías interurbanas y victimas tomadas hasta las 24 horas de producirse el accidente (las muertes a partir de las 24:01 horas ya no se cuentan). Las definitivas estarán disponibles en los próximos meses.
En cuanto a las características de la siniestralidad, encontramos en el informe lo siguiente:
- Hombres, los que más mueren en carretera: la proporción de varones sobre el total ha sido del 78 %.
- Jóvenes de 25 a 34 años: el grupo de edad en los que más ha aumentado el número de fallecidos (+37 %). Por su parte se produce un descenso de muertes entre los mayores de 65 años (181 personas frente a los 240 de 2016) y un incremento en la franja que va desde los 55 a los 64 (+16 %). Los niños fallecidos (hasta 14 años) han sido 21, tres más que en 2016.
- Año negro para Andalucía: se registran incrementos todas las comunidades autónomas, excepto Galicia (-29), la Comunidad Valenciana (-17); País Vasco (-6) Navarra (-3), La Rioja y Castilla y León (-1) y Baleares que mantiene la misma cifra de fallecidos que el año anterior. Andalucía es por segundo año consecutivo la comunidad en la que más muertes ha habido (200), seguida se Cataluña (169) y Castilla y León (123).
- Vías convencionales: el 77 % de los fallecidos han perdido la vida en este tipo de vía (792 personas).
En cuanto a los factores que acaparan todos los titulares, los habituales: la conducción distraída o desatenta (32 %); la velocidad inadecuada (26 %), el cansancio o el sueño (12 %); el alcohol (12 %) y otras drogas (11 %).
Chocante es el aumento de fallecidos por no utilizar el cinturón de seguridad, ya que el 24 % de los conductores y pasajeros fallecidos en turismos y furgonetas en 2017 no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del accidente, 26 más que el año pasado.
Según el Director General de Tráfico, Gregorio Serrano, los puntos clave giran en torno al "control, educación, formación, comunicación e investigación". El problema radica en que suele pesar más la vigilancia de aquellos que infringen las leyes viales que la propia educación vial.
Y es que la seguridad vial toca puntos que a menudo tienen que ver con aspectos y actitudes que, en principio, parecen poco conexos, pero que forman parte de una cadena mortal. Porque de nada sirve una multa si la empatía y la inteligencia emocional son inexistentes.