Probamos el Ford Explorer: el SUV de siempre se ha reconvertido en un coche eléctrico cómodo y con buena autonomía
El Ford Explorer ya no es el que era. El mastodóntico SUV de gusto americano con olor a barbacoa y grande como una cosechadora ha dejado de existir. En su favor ahora el Explorer es un SUV de tamaño medio con rasgos parecidos y una mecánica completamente distinta.
El Ford Explorer ahora es un coche 100% eléctrico. No hay sitio en la gama para ningún motor de gasolina y esto tiene un objetivo claro: electrificar totalmente la gama del óvalo azul con 2030 como fecha límite. Es hora de la renovación total.
Ford Explorer: de Michigan a Colonia
Vale que el Explorer no es de los coches más conocidos (al menos en Europa) de Ford, pero sí que era un icono dentro de la familia SUV. Especialmente dentro de la familia de los SUV grandes y por aquella aparición estrella en la película de 'Jurassic Park'. Ahora el Explorer quiere ser una referencia entre los SUV eléctricos del mercado europeo partiendo de una base que ya conocemos de hace tiempo: la del Volkswagen ID.4.
Así que es un coche 100% europeo, hecho en Europa (Colonia, Alemania) y para los conductores del viejo continente en lugar de fabricarse en la planta de Ford en Michigan. Un coche que a su vez es la base del Ford Capri, el mismo SUV eléctrico pero con aires más deportivos.
Con un tamaño medio, el nuevo Ford Explorer se queda en 4,46 metros perdiendo 0,6 metros con respecto al modelo de siete plazas al que sustituye. Y es que no tienen nada que ver, porque ahora estamos hablando de un SUV compacto mucho menos masivo y que con 1,63 m de alto y 1,87 m de ancho se mantiene en una liga intermedia.
Aunque la plataforma es la misma MEB que la del Volkswagen ID.4 y hay ciertas líneas que nos recuerdan al coche alemán, el Explorer se ve con una identidad propia más a la americana, con un frontal presidido por una gran parrilla ciega y faros esbeltos que resaltan los vértices para dar una impresión de cara poderosa remarcada por debajo con un labio inferior de aspecto metálico que le da un punto todoterreno muy majo.
Los faros LED son matriciales de serie y para que no se nos olvide, el nombre del modelo aparece en relieve tanto en el frontal como en la zaga. Una parte posterior que también da una sensación de robustez y un lenguaje muy homogéneo con la parte delantera: grupos ópticos en forma de C unidos por una franja negra y una zona inferior con inserciones de aspecto metálico.
La línea lateral sí que se parece más al ID.4 sobre todo en la caída del pilar A muy tendido, el techo con una bajada suave de estilo 'flotante' y enfatizando un pilar C muy masivo , mientras que las llantas pueden ser de 18 a 21 pulgadas. En el caso de nuestra unidad llevaba unas de 21" semi-carenadas.
Un interior bien resuelto
Al pasar al interior lo primero que llama la atención son los asientos que sin llegar a ser deportivos tienen un diseño muy dinámico, con el reposacabezas integrado y refrigerados y calefactados de serie. El volante de forma poligonal también es calefactado, buen punto, y la regulación es eléctrica solo en el asiento del lado izquierdo.
Ford ha querido diferenciarse en el interior del Explorer todo lo posible de su primo alemán, y nos encontramos un entorno muy agradable con materiales bien combinados, superficies acolchadas y buena calidad en los ensamblajes.
Destaca sobre todo por la sensación de calidez que emiten los forros textiles y se acentúa con la incorporación de un equipo de sonido Bang & Olufsen de 10 altavoces con una barra integrada sobre el salpicadero que le da un plus de diseño y ambiente de casa.
Por supuesto que hay elementos compartidos con el ID.4 como pueden ser el cuadro de mandos rectangular tirando a pequeño que encontramos detrás del volante y que aglutina toda la información que necesitamos de forma eficaz y sin grandes florituras. Eficiente.
Otros elementos como el selector de marchas en la palanca derecha, el sistema de arranque sin contacto o el módulo de control de las ventanillas con botones táctiles son idénticos a los de Volkswagen y siguen sin parecerme la solución más ergonómica. Especialmente teniendo solo un mando para las ventanillas delanteras y traseras que alternaremos pulsando el mando "REAR".
Los botones hápticos que nos encontramos en el volante los podemos accionar de manera involuntaria y hay que acostumbrarse a su tacto, igual que a la pequeña barra del salpicadero para subir y bajar el volumen. Son los únicos botones "físicos" que encontramos.
La gran diferencia se encuentra en el centro del salpicadero con una gigantesca pantalla para el sistema de infoentretenimiento de 14,6" que esconde un secreto: se puede reclinar al gusto pasando de estar casi tumbada a 45º a casi totalmente vertical, ocultando debajo un espacio portaobjetos con plataforma de carga y tomas USB.
El interfaz me ha gustado, muy en la línea de los últimos de Ford con un funcionamiento rápido, agradable e intuitivo. Cuenta con Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos y aunque se ha comido todos los botones físicos nos deja el menú de la climatización siempre en primer plano en la parte inferior.
La pantalla central ganaría un plus de ergonomía si estuviera solo unos grados orientada hacia el conductor. Aunque en ese caso no quedaría un legado visual tan simétrico. Igualmente algunos mandos como la selección de modos de conducción queda un pelín escondida.
Hablando de los modos, son cuatro: Eco, Normal, Sport y un cuarto configurable. No hay un gran cambio de rendimiento entre ellos pero sí notaremos dos cosas: el peso de la dirección es distinto y la capacidad de retención máxima al soltar el acelerador. Si queremos un extra de retención podemos seleccionar la B en la palanca de cambio.
Me ha parecido un coche práctico con muchos huecos portaobjetos tanto en las puertas como en la consola central (guantera central enorme, portabebidas extraíble, dos huecos para móviles con carga inalámbrica en el del conductor y un espacio inferior en la zona delantera), además del espacio semi-oculto bajo la pantalla central.
En las plazas traseras el habitáculo está bien resuelto con mucho hueco para las rodillas aprovechando al máximo los 2,76 m de distancia entre ejes, pero la sensación espacial es buena con mucho espacio para la cabeza y una percepción aún más amplia si escogemos el techo panorámico de cristal opcional.
El maletero tiene apertura eléctrica de serie (manos libres opcional) y refleja una buena vocación familiar con un acceso extremadamente amplio y una bandeja que se eleva junto al portón para dejar a la vista los 470 litros de espacio de carga. No es una barbaridad pero es muy aprovechable y cuenta con un doble fondo.
Facilidad de marcha y carácter urbano
El comportamiento del nuevo Ford Explorer cambia radicalmente como es lógico, y ahora tenemos un coche que hace guiños a un uso diario para familias en entornos urbanos e interurbanos.
Es un coche muy fácil de llevar. Nos subimos a él sin usar la llave, engranamos la D y nos ponemos en marcha. No hace falta activar el contacto. Solo montarnos y a funcionar.
La respuesta del acelerador independientemente del modo en el que circulemos es suave y se siente amortiguada con una entrega muy lineal, muy agradable para usar a la hora de hacer recados de aquí para allá.
Aunque no nos engañemos, esta versión no deja de ser un coche de tracción trasera con un solo motor que ofrece 286 CV (210 kW) y 545 Nm de par motor, así que se trata de un coche con el que podemos acometer recuperaciones fuertes en caso de tener que enfrentar adelantamientos ágiles en carreteras convencionales.
No es un deportivo, es un SUV rápido si así lo queremos. Esto significa que siempre se va a modular a nuestras necesidades priorizando un carácter agradable y economizador. De hecho es un coche que me ha parecido que consume poco para su tamaño y su peso (más de 2.000 kg) con una aerodinámica que no es la mejor.
Al final de nuestra prueba nos ha arrojado un consumo medio en torno a 15 kWh, bastante próximos a los 13,9 kWh que homologa, por lo que consigue una autonomía que no llega a los 572 km que certifica pero que son unos buenos 400 o 400 y pico kilómetros.
La batería en este caso 'cubica' 77 kWh útiles y una potencia de carga de 135 kW (11 kW en corriente alterna). No es de las potencias más locas pero nos permite conectarnos a la mayoría de puntos de carga próximos a su potencia máxima y meter unos buenos kilómetros de autonomía en poco tiempo.
Aunque la insonorización no es la mejor, sí me ha gustado el confort de marcha que ofrece. Especialmente el tacto de las suspensiones tiene un equilibrio correcto entre comodidad y sujección de las masas al pasar sobre baches.
No es todo lo firme que podría ser en apoyos en curva y tampoco lo necesita porque esa no es su vocación, igual que ocurre con la dirección que me ha parecido filtrada y al mismo tiempo muy cómoda, en especial a la hora de maniobrar en calles estrechas de las grandes ciudades.
En cuanto a las capacidades todoterreno del Ford Explorer pues no hay mucho que contar. Es un SUV, no un todoterreno. Tiene una distancia libre al suelo correcta y una configuración elevada, pero no demuestra una verdadera inclinación offroad porque ni equipa suspensiones ni neumáticos para ello. Es una cuestión de imagen.
Ford Explorer: buscando un camino propio
El precio del Ford Explorer empieza en 44.716,46 euros, pero en nuestra configuración con el acabado Premium y motorización RWD de 286 CV el precio sube a 54.785 euros (sin descuentos, que incluyen 7.744 euros) y habría que sumar la pintura Rojo Lucid (878,46 euros), las llantas de 21" (600,16 euros), el Paquete Driver con ayudas a la conducción y portón manos libres (1.130,31 euros) y la bomba de calor (1.299,54 euros). En total alcanzaría los 58.693 euros de tarifa, o 50.949 euros con descuentos.
Hay opciones tanto más baratas como más caras. El Volkswagen ID.4 cuesta unos pocos miles de euros menos a igualdad de motorización pero con menos equipamiento y un acabado más escueto. Otras opciones como el BYD Seal U o el Peugeot e-3008 tienen un precio y prestaciones similares pero algo menos de autonomía. El Nissan Ariya por su parte directamente es más caro.
Con esto quiero decir que hay opciones para todo. Te puede gustar más o te puede gustar menos, pero el Ford Explorer está buscando encontrar su propio camino en el segmento de los SUV eléctricos europeos. Argumentos no le faltan.
Ford Explorer 2025 - Valoración
7,1
A favor
- Comodidad en marcha
- Buen equipamiento de serie
- Consumo contenido
- Interior bien resuelto
En contra
- Algunos mandos poco ergonómicos
- Sin regulación de retención
- Ayudas a la conducción un pelín intrusivas
El Ford Explorer se ha transformado por completo. Ha pasado de ser un SUV gigantesco de siete plazas con un motor de gasolina enorme al gusto americano a un SUV compacto hecho en Europa y para Europa.
No hay duda de la renovación total de la marca del óvalo azul y el Explorer es la primera prueba seria de ello. Ahora tiene por delante la difícil tarea de hacerse un hueco en un mercado en el que es prácticamente desconocido.
Lo bueno es que viene de la mano de una plataforma probadísima compartida con Volkswagen. Ahora falta que la marca convenza a los clientes.
Ford Explorer 2025 - Ficha técnica
ford explorer |
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Motor |
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TIPO |
Un motor eléctrico |
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POTENCIA MÁXIMA |
210 kW (286 CV) |
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PAR MÁXIMO |
545 Nm |
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TRACCIÓN |
Trasera |
batería |
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TIPO |
Iones de litio |
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CAPACIDAD TOTAL |
N/D kWh |
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CAPACIDAD ÚTIL |
77 kWh |
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POTENCIA DE CARGA |
135 kW |
dimensiones |
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LARGO |
4.468 mm |
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ANCHO |
1.871 mm |
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ALTO |
1.630 mm |
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BATALLA |
2.767 mm |
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PESO |
2.090 kg |
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CAPACIDAD MALETERO |
470 litros |
Prestaciones y consumos |
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0-100 KM/H |
6,4 segundos |
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VELOCIDAD MÁXIMA |
180 km/h |
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AUTONOMÍA TEÓRICA |
572 km |
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CONSUMO HOMOLOGADO |
13,9 kWh/100 km |
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CONSUMO MEDIO PRUEBA |
15 kWh/100 km |
precio |
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47.041 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Ford. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.